El 24 de marzo fue declarado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) Día Mundial de la Tuberculosis. Bajo el lema "El tratamiento Dots me curó: ¡también te curará a ti!" la organización busca erradicar la enfermedad del planeta. Pese a que el tratamiento es efectivo, todavía hoy suma decesos y secuelas graves en la población del país. Según datos suministrados a La Capital por el Programa Nacional de Tuberculosis, todos los días en Argentina se enferman 33 personas y 3 mueren. De no ser tratado, el enfermo puede infectar de 10 a 15 personas cada año.
En diálogo con este diario la doctora Elsa Zerbini, jefa del Programa Nacional de Tuberculosis y directora del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias dependiente de la Anlis (Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud, Dr. Carlos G. Malbrán) confirmó que "el número de casos notificados en el país disminuyó de 11.767 a 11.464 entre 2000 y 2001". Esta misma tendencia se registró en la provincia de Santa Fe, donde según el doctor Bernardo Salvadores, jefe del Programa Provincial de Enfermedades Respiratorias y Tuberculosis, "se verificó una disminución de casos entre el 2001 y el 2002".
Mientras, en el resto del mundo fallecen más personas de tuberculosis que de cualquier otra enfermedad infecciosa curable. Cada día más de 20.000 personas desarrollan la tuberculosis activa y 5.000 mueren.
El 24 de marzo de 1882 fue el día en que el doctor Roberto Koch comunicaba el descubrimiento de la bacteria productora de la tuberculosis. Hace 81 años se aplicó por primera vez la vacuna BCG y desde hace 50 existen medicamentos eficaces para curarla. "Con cada uno de estos descubrimientos se pensó erróneamente que el problema estaba resuelto", comentó a La Capital el doctor Salvadores. "Si bien la vacuna BCG significó un avance importante para evitar la muerte y las secuelas neurológicas en los niños, no corta la cadena de transmisión de la enfermedad, sino que previene de las formas más graves como la meningitis tuberculosa y la miliar", explicó el especialista.
Según la OMS, actualmente se producen en el mundo más casos de tuberculosis que en otro período de la historia de la humanidad. Un tercio de la población del planeta ya ha sido infectada y está en riesgo de enfermar durante el resto de su vida. Este riesgo incrementa varias veces si además se infecta con el virus del sida. El fracaso en la lucha contra la tuberculosis se atribuyen a a la falta de un diagnóstico precoz y al abandono del tratamiento por parte de los enfermos.
El diagnóstico precoz aumenta las probabilidades de curación, evita la cronicidad y reduce el tiempo durante el cual el enfermo elimina las bacterias causantes de la enfermedad, ya que permite instaurar el tratamiento en forma rápida. A la vez, disminuye el riesgo de infectar a otras personas sanas.
La tos persistente por más de 15 días y el catarro son considerados los dos signos más importantes. El diagnóstico sólo requiere la realización de un examen de la expectoración para buscar el bacilo de la tuberculosis. Una vez encontrado, se puede instaurar el tratamiento.
El método recomendado por la Organización Mundial de la Salud para su tratamiento es el Taes, (Tratamiento Acortado Estrictamente Supervisado) o Dots por sus siglas en inglés, de práctica usual en todo el territorio nacional.
Sin embargo son frecuentes los enfermos que no toman los medicamentos durante el tratamiento (que se extiende por 6 meses), en las dosis y formas correctas. "Cuando se sienten bien (a los 2 meses), los pacientes creen estar curados y abandonan el tratamiento o lo hacen en forma irregular. Esto provoca casos crónicos que contagian a otros, y hacen la enfermedad resistente a las drogas", explicó el doctor Salvadores.
El tratamiento asegura la provisión de medicamentos gratuitos así como la observación directa durante los dos primeros meses de los seis a ocho que dura el tratamiento. De esa forma se asegura que tomen todos sus medicamentos. Muchos pueden recibir tratamiento en el hogar.
La situación en Santa Fe
Según confirmó a La Capital el jefe del programa provincial de enfermedades respiratorias y tuberculosis, en Santa Fe continúa la tendencia al descenso de nuevos casos. El año pasado se notificaron 635 casos, cifra menor a la del 2001 (que fue de 668). Al descender el número de afectados, también disminuyó la tasa de morbilidad. Pasó de 22,4 x 100.000 habitantes en 2001 a 21,3 x 100.000 habitantes el año pasado.
Esta tendencia al descenso se retoma en 1993, luego de haberse registrado un aumento en la tasa de notificación en los años 1991 y 1992 que hizo que la tasa trepara desde 27,16 x 100.000 habitantes, a 30.73 x 100.000 habitantes. Esto significó un aumento del 13,14%.
La mortalidad también registró un descenso en el 2001 (el número de muertes fue de 57) falleciendo 6 personas menos que en el 2000.