En Floridablanca murieron 40 personas, la mayoría (35) por escorbuto y durante el primer año, desde fines de 1780 hasta octubre de 1781. En los años siguientes y de modo espaciado fallecieron los otros cinco, entre ellos dos recién nacidos de los ocho bebés que vieron la luz en la colonia. Tras la orden de abandonar el asentamiento, sin saber las autoridades que la situación había mejorado. La mayoría de sus pobladores fueron a Montevideo, Colonia, Minas y zonas rurales. En la decisión de la corona española en el siglo XVIII de establecer colonias en la costa patagónica estaba presente el trágico final que, 200 años antes y con similar fundamento, había intentado Sarmiento de Gamboa para proteger el paso interoceánico por el Estrecho de Magallanes, usado por los piratas que saqueaban las ricas ciudades establecidas a lo largo de la costa del Pacífico. El 11 de febrero de 1584, Sarmiento asentó cerca de Cabo Vírgenes, en el extremo continental, la ciudad Nombre de Jesús, conocida luego como Puerto Hambre, pues de hambre murieron sus habitantes a causa del accidentado regreso de su fundador, preso primero por los ingleses y luego por los hugonotes, y a pesar de sus ruegos -desde prisión- al rey Felipe II, para que no abandone la fortificaciones australes. Menos trágicamente pero sin mejores resultados terminó la historia de Don Felipe, otra población que, en el mismo proyecto defensor del Estrecho, asentó un par de meses después en la salida del paso al Pacífico. Doscientos años más tarde, expandida la caza de ballenas y lobos marinos al sur del continente, Carlos III reconoce la necesidad de preservar la soberanía española en los territorios patagónicos, y se emprende nuevamente la aventura colonizadora, tanto para asegurar los dominios como para promover el ingreso de artículos para consumo de los españoles. Así se establecieron un fuerte en península Valdés -luego destruido por los indígenas-, y las colonias de labradores en Carmen de Patagones --única que sobrevivió- y Bahía San Julián, conocida como Floridablanca, destruida y abandonada.
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