Decidir en qué lugar poner en marcha un emprendimiento productivo no es tarea sencilla, porque en torno a la decisión intervienen múltiples factores. Los costos de las regulaciones municipales y provinciales se presentan como dos cuestiones a factores a tener muy en cuenta a la hora de seleccionar el lugar de localización de una nueva empresa.
El área de Economía y Finanzas de Mec Consultores Asociados realizó un estudio comparativo entre las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos y Santa Fe, que estuvo a cargo de Ramiro Rodríguez. En base a la hipotética instalación de una sociedad anónima, se efectuó el mismo trámite en cuatro ciudades, una de ellas Rosario. Tras analizar los cuatro casos se llegó a una conclusión preocupante, porque la provincia quedó última en el ranking.
La captación de nuevos inversores forma parte de las estrategias claves enunciadas por las administraciones provinciales. Aunque en los discursos se dice que todos los esfuerzos se aplican a la implementación de políticas desregulatorias que limiten los costos de puesta en marcha de un emprendimiento productivo, en la práctica las reglamentaciones de la administración pública suelen terminar plasmándose en trámites complejos y engorrosos, que terminan constituyéndose en trabajas para los potenciales inversores.
A la hora de lanzar una compañía, las empresas deben hacer frente a un paquete de disposiciones legales como aranceles, presentación de información, certificaciones, papelería y traslados. Por cierto que también constituyen un costo los salarios de quienes deben realizar los trámites y el lucro cesante de la empresa por inmovilización de capital durante las gestiones, ya se trate de capital humano o de capital físico.
Los costos que debe soportar el sector privado para cumplir con las regulaciones y reglamentaciones dispuestas por el Estado conformaron el eje central de la investigación de Mec Consultores Asociados.
Para llevar adelante la investigación se simuló la constitución de una empresa industrial alimenticia, en particular una elaboradora de vegetales ultracongelados, con una inversión prevista de 1.500.000 pesos. Con ese punto de partida el supuesto inversor se presentó ante las autoridades de cuatro ciudades, Rosario, Córdoba, Paraná y Luján, para evaluar los costos asociados, tanto en la cantidad como en la complejidad de los trámites y procedimientos requeridos para la puesta en marcha del emprendimiento.
El proceso de selección
Se tomaron en cuenta los trámites a efectuar ante las autoridades municipales y provinciales, y se dejaron de lado aquellos que correspondían a la jurisdicción nacional, por ser idénticos para todas las regiones. Tampoco se consideraron los costos asociados al proyecto, ni ningún tipo de carga impositiva. La forma societaria seleccionada fue la de una sociedad anónima, debido a que este tipo societario es el que agrega mayor complejidad a la hora de constituir una persona jurídica, pero también el más habitual para cierta magnitud de negocios.
La selección de las provincias se resolvió por estar entre las de mayor relevancia económica del país. Además se seleccionó una actividad que reflejara la producción propia de cada una de las zonas y que contara con un componente de valor agregado que permitiera pensar en un proceso industrial con una cierta complejidad tecnológica.
El análisis comparativo se desarrolló con el método Brown y Gibson, que consiste en combinar factores objetivos, posibles de ser cuantificados, con factores subjetivos, que tienen que ver con el contexto y son más difíciles de mensurar, a los que se asignan valores de peso relativo.
El informe de Mec Consultores evalúa la la medida de preferencia de localización para el emprendimiento teniendo distintas combinaciones de ambos factores. Si bien existen tres alternativas, Mec Consultores Asociados adoptó como criterio que el mayor peso a la hora de decidir la localización de una industria está del lado de los factores objetivos (70 por ciento). Con ese clasificador Rosario quedó posicionada como la última opción, mientras que Córdoba resultó la alternativa más atractiva.
Una segunda decisión, que asigna un 50 por ciento a los aspectos objetivos (tiempo y costos) y un 50 por ciento a los aspectos subjetivos (complejidad de los factores), sigue dando a Córdoba como la mejor opción y Rosario avanza un lugar en la grilla, superando a Paraná.
Por último, si se diera mayor preeminencia a los factores subjetivos (70%), Rosario ascendería al segundo lugar, sólo superado por Córdoba y dejando atrás a Luján y Paraná.
La provincia de Entre Ríos, en medio de una profunda crisis institucional, constituye un claro ejemplo de cómo la inestabilidad y la imprevisibilidad institucional inciden sobre los aspectos que tendría en cuenta un inversor. De esta forma y desde el punto de vista subjetivo, Paraná se presenta como una plaza con un nivel negativo de competitividad.
Aspectos a tener en cuenta
Un detalle de los trámites efectuados y de los inconvenientes que surgen en el camino permite analizar dónde están las principales debilidades.
Según se detectó en la investigación, la habilitación municipal de un establecimiento insume 3,5 veces más de tiempo en Rosario que en el resto de las localidades relevadas.
El problema está en que el certificado de vialidad, el permiso de edificación y el certificado final de obras tienen una demora de 60 días en la ciudad, mientras que en Luján los trámites se pueden resolver en una semana, mientras que Córdoba y Paraná exigen 30 días, aunque permiten que las gestiones se efectúen una vez comenzadas las actividades.
En lo concerniente al costo de la habilitación, la rapidez de Luján se siente en los $4.753 que hay que aportar, 3,5 veces más que en Rosario ($1.371), 15,9 veces sobre Córdoba ($299) y 32 veces sobre Paraná ($148).
Un punto que perjudica la competitividad santafesina es el costo de inscripción del personal de la empresa, que sale $1.353, contra $393 y sólo $ 15 de Córdoba.
La diferencia se explica porque en Rosario es obligatorio el pago de $45 en la revisión médica previa a cada empleado. Luján por pertenecer a la provincia de Buenos Aires, tiene la particularidad de no requerir inscripción del personal, basta con hacerlo en el ámbito nacional.
La constitución de la sociedad anónima presenta una diferencia significativa en perjuicio de Rosario con respecto al resto de las plazas. El trámite cuesta $10.279, siete veces sobre el costo de Paraná y 38 veces más que el promedio de $263, que resulta en los valores de Córdoba y Luján.
Esta diferencia se debe a la tasa del 6,5 por mil sobre el capital social que se debe abonar en la provincia al constituir una SA, por el impuesto a los actos jurídicos. Cabe consignar que la mayoría de los nuevos emprendimientos recurren a un ardid legal para achicar el impacto de esta regulación, inscribiendo la empresa con un capital inicial mínimo y luego efectúan aportes societarios complementarios.
Otra dificultad con la que se encontraron los investigadores en el caso santafesino fue la desprolijidad en el relevamiento de la información necesaria para cumplir con los trámites. Se debieron reiterar las consultas luego de que se verificara que la información suministrada en primera instancia era incompleta. Por eso, surge que en Rosario son necesarios 75 días hábiles para efectuar un trámite de estas características, contra 21 hábiles que se requieren en Luján, y el empate en 10 corridos de Córdoba y Paraná.
Otro dato a tener en cuenta es que ninguna localidad exige pago alguno para la inscripción en el impuesto a los Ingresos Brutos salvo Santa Fe, en donde se debe abonar un sellado de $30. Además, la provincia obliga a presentar la habilitación municipal del establecimiento para la inscripción en este trámite.
Por otra parte, inscribir una empresa en el Registro Nacional de Establecimientos cuesta $924 en Luján, monto que supera siete veces el costo promedio ($128) de las restantes localidades. En cuanto al tiempo necesario para obtener la inscripción, Córdoba demora 15 días, Paraná 30 y Rosario y Luján 60.