La situación de crisis que atraviesa el sistema carcelario de Santa Fe se agravó en la tarde de ayer cuando los presos de la cárcel de Coronda iniciaron un virtual amotinamiento, al salir de los pabellones, un día después de la muerte de dos reclusos y de un violento reclamo en la alcaidía de la Unidad Regional I, donde los presos tomaron un rehén durante más de trece horas.
La situación en Coronda era anoche confusa. El ministro de Gobierno, Carlos Carranza, afirmó a este diario que la protesta estaba focalizada en los pabellones 4, 10 y 12, "aunque puede haber alguno más". Sin embargo, versiones extraoficiales insistieron en señalar que la mayoría de los internos se había plegado al movimiento.
Según se supo, un guardiacárcel fue herido de un chuzazo, aunque su estado no reviste gravedad. El ministerio de Gobierno afirmó que no estaba determinadas las circunstancias en que resultó agredido el guardia, cuya identidad tampoco fue proporcionada.
La protesta comenzó cuando alrededor de las 19, cuando los 300 internos de los pabellones 10 y 12 del penal corondino tomaron el control de parte de las instalaciones. Al advertir lo ocurrido, según la versión oficial, agentes del Servicio Penitenciario intentaron obligar a los reclusos a retornar a sus celdas, pero los presos desoyeron la orden y se amotinaron.
Mientras tanto, el agente herido fue trasladado en forma inmediata a un hospital de Coronda, donde anoche era intervenido quirúrgicamente.
Fuentes del Ministerio de Gobierno indicaron que el guardiacárcel se encontraba fuera de peligro, ya que los puntazos recibidos no afectaron órganos vitales.
La cárcel de Coronda tiene una población que ronda los 1.500 internos, a los que se les sumaron unos 30 provenientes de la Alcaidía de la Jefatura de la Unidad Regional I, luego del motín ocurrido anteayer.
"Hasta el momento no hay diálogo con los presos. No hemos recibido ningún reclamo y no hay daños en las instalaciones. Estamos esperando que se definan los liderazgos", dijo anoche el ministro Carranza. En tanto insistentes versiones extraoficiales aseguraban que el penal de Coronda estaba anoche fuera de control.
Serie macabra
El episodio ocurrió luego de la muerte de dos presos de Coronda, como consecuencia de otros tantos enfrentamientos internos, en circunstancias aún oscuras.
Uno de los reclusos, como informó ayer La Capital, era oriundo de Rosario y el otro de Santa Fe. Ambos fallecieron a consecuencia de heridas de armas blancas, recibidas en refriegas entre internos que se desarrollaron, según la información oficial, en los pabellones 5 y 2 del mencionado penal.
El primero de los episodios se inició alrededor de las 17 del viernes en la planta B del pabellón 5 durante un recreo en el cual el detenido Mario Alberto Carrozzino, un rosarino de 20 años, resultó apuñalado en el pecho con una chuza. El recluso de inmediato fue asistido por el servicio sanitario de la cárcel y dada la gravedad del caso se lo derivó al Hospital José María Cullen, en Santa Fe, donde murió a las 20.30 mientras era intervenido quirúrgicamente.
Voceros del Servicio Penitenciario precisaron que el citado Carrozzino estaba procesado por los delitos de robo calificado y lesiones y se encontraba a disposición del juzgado en lo penal de sentencia Nº 4 de Rosario.
La segunda gresca se produjo a las 17.30 del mismo día cuando los internos del pabellón 2 se encontraban también en el horario de recreo. En esos momentos un grupo de reclusos trajo al sector de guardia a Juan Rafael Barraza, de 38 años, en momentos en que prácticamente agonizaba a consecuencia de una puñalada que recibió en el corazón. El interno fue atendido por médicos de la unidad carcelaria, pero falleció al poco tiempo por la gravedad de la herida recibida.
Barraza era nacido en Santa Fe y se encontraba cumpliendo una condena de 14 años y 8 meses de prisión por los delitos de robo calificado reiterados y violaciones reiteradas, estando a disposición del juzgado de ejecución penal de Coronda.
La Ciudad
