Año CXXXVI
 Nº 49.782
Rosario,
sábado  15 de
marzo de 2003
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Una entrevista fue la pista que permitió encontrarlo
Su paradero era una incógnita hasta que su abogado arregló una nota con la agencia Télam

Desde el 16 de enero último, fecha en que se produjo el crimen del joven, Conzi era buscado por la Policía Bonaerense con apoyo de la Federal y de la Secretaría de Inteligencia del Estado (Side). Tanto su paradero como su posible identificación fueron una gran incógnita por más de dos meses. La intriga sobre su paradero recién comenzó a develarse después de que a un periodista de la agencia oficial Télam se le permitió entrevistarlo -gracias a las gestiones de su abogado, Fernando Burlando- tras ser conducido con los ojos vendados por más de cinco horas en un vehículo con los vidrios polarizados.
Según figura en la causa, los hechos se iniciaron a la 0.30 del jueves 16 de enero, cuando dos chicas de 22 años que viven en Tigre fueron a bailar a la discoteca Olas Boulevard del complejo Dallas, un edificio de tres pisos -con restaurante, bar y discoteca, y gimnasio- ubicado en avenida del Libertador y Alvear, en Martínez.
Las jóvenes -una de ellas conocida de Conzi- dialogaban con Marcos Schenone y un amigo, hecho que habría irritado al empresario quien habría pretendido acercarse a ella para que fuera su "secretaria" en la edición de un libro "místico".
A las 3.30 de la madrugada, Conzi le habría pedido a uno de los custodios del lugar que echara a Schenone, por lo que los cuatro abandonaron el complejo tras abordar un remise Ford Galaxy, de color bordó, en remisería Juncal.
El vehículo tomó por Libertador hacia la localidad de Tigre y cuando estaban por llegar al centro de San Isidro, los pasajeros se dieron cuenta que eran seguidos por una camioneta Grand Cherokee gris.
En el cruce de las calles Florencio Varela y Libertador, en Beccar, la camioneta se puso al lado del vehículo de alquiler y una persona disparó varias veces contra los ocupante, por lo que el chofer perdió el control y chocó a la cuatro por cuatro.
Antes de llegar a Uriburu y Libertador, según la investigación, el atacante vació su arma contra los pasajeros. Schenone murió de tres balazos en el pecho, las mujeres fueron heridas en las manos y piernas, el chofer recibió tres tiros en las piernas y el amigo de Schenone resultó ileso.


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