El gobierno nacional salió ayer con los tapones de punta contra Armando Traferri, quien admitió haber renunciado a la Subsecretaría de Asuntos Municipales del Ministerio del Interior luego de haber recibido "presiones" y denunció ante La Capital que "más de un intendente fue amenazado con no recibir ningún tipo de ayuda" si no respalda a Néstor Kirchner, el delfín duhaldista. Eludiendo todo eufemismo, el ministro de la Producción, Aníbal Fernández, bajó línea y le recomendó al jefe comunal de San Lorenzo que presente "una denuncia penal" porque, "de lo contrario, él es tan responsable como los demás, no sólo por omisión sino por no tener pelotas para decir las cosas cuando corresponde".
Las declaraciones de Traferri, que terminaron abonando las sospechas de "aprietes" instaladas días atrás por el gobernador de Santa Fe, Carlos Reutemann, sacudieron a la Casa Rosada. "Son estupideces. Cuando los hombres son hombres, esas cosas no las dicen, porque la política argentina está sucia precisamente por aquellos que creen que hacen de la opinión publica un manoseo en beneficio propio", bramó Fernández durante una entrevista concedida a LT8.
"A este señor (por Traferri), que fue funcionario hasta hace poco, si le pidieron que se retirara es porque vivía haciendo actividades que iban en contra de la decisión del gobierno", agregó el ministro, quien, cuando se le recordó que el intendente en realidad había renunciado, retrucó: "En ese caso, que diga «fulano de tal apretó a fulano de tal», y que lo haga públicamente".
Después de la aceptación de la renuncia de Traferri (quien reconoció estar haciendo campaña para Carlos Menem) el 28 de febrero pasado, el también santafesino Gustavo Marconato (referente histórico del gobernador de Santa Cruz) quedó al frente de la estratégica subsecretaría, que maneja los fondos para los municipios.
Aunque en el gobierno nacional se hicieron esfuerzos para despegar esta situación de la batalla justicialista, el antecedente de la baja de Arturo Puricelli en la Secretaría de Provincias, a raíz de diferencias políticas en Santa Cruz, potenció las suspicacias.
No chamuyés
"Díganle a Traferri que menos chamuyo y más efectividad. Que haga una denuncia penal para que se investigue y se sancione. De lo contrario, él es tan responsable como los demás, no sólo por omisión sino por no tener pelotas para decir las cosas cuando corresponde", concluyó Fernández, mientras que el resto de las espadas duhaldistas optó por el silencio de radio.
Paralelamente, en la Casa Gris tomaron nota. Incluso, un estrecho colaborador de Reutemann se atrevió a deslizar por lo bajo: "Viste, Traferri terminó ratificando lo que dijo el Lole". Aunque también pareció haberse anotado un poroto frente a su referente político.
En tanto, un dirigente del PJ provincial, enterado de los números que mostrarían algunos sondeos reservadísimos, fue mordaz al sostener que "es evidente que en el gobierno están nerviosos".
Si bien aseguró que "me preocupan este tipo de declaraciones por parte de un ministro de la Nación", Traferri reconoció que las mismas "no me sorprenden" porque Fernández "tuvo la imprudencia de faltarle el respeto a uno de los dirigentes más prestigiosos del país: Reutemann".
El intendente hizo alusión a los reproches lanzados por el funcionario cuando el gobernador santafesino decidió prescindir de la interna peronista. A Fernández le atribuyeron haber tildado de "cagón" al Lole. Poco después, le enrostró a Reutemann que "es muy fácil hablar sentado en la reposera".
Y, luego de desestimar la posibilidad de radicar una denuncia penal ("no estoy hablando de ningún delito") por las "presiones", el sanlorencino intentó duplicar la apuesta: "Al intendente de Tostado, Juan Carlos Sánchez, representantes de Kirchner en Santa Fe le dijeron «quedate con nosotros, mirá que no vas a recibir nada». Es una vieja artimaña".
Traferri también consideró "sugestiva" una reciente decisión adoptada en Balcarce 50. "Ahora salen a levantar los bonos de todas las provincias y no le pagan la deuda a Santa Fe, que está ordenada", se quejó el intendente, en una intranquila mirada hacia el futuro.
Escena repetida
Lo cierto es que el nuevo cruce de acusaciones entre duhaldistas y menemistas, enmarcado en una etapa de definiciones en la carrera presidencial, ubicó en el centro de la escena una cuestión de larga data: el supuesto manejo político de los fondos públicos.
Una presunta operatoria espuria que, teniendo en cuenta las múltiples denuncias nunca esclarecidas sobre manejos irregulares de ATN durante las gestiones de Menem y Fernando de la Rúa, parece haberse eternizado.
La Ciudad
