El escándalo se adueñó del partido en casi todo su desarrollo. River cayó, quizás por sus propios errores, pero el marco que rodeó el espectáculo lejos estuvo de algo propio de un partido de fútbol. Antes de que comenzara el complemento una bomba de estruendo cayó inexplicablemente casi sobre el banco de relevos de Emelec. El arquero suplente Aragón y Triviño quedaron tendidos en el suelo, aturdidos. El árbitro Rezende, luego de unos minutos de desconcierto, decidió proseguir el encuentro. Pero la frutilla del postre se la llevó el botellazo que recibió el Tati Buljubasich segundos antes del segundo gol ecuatoriano. La televisión mostró claramente cuando la petaca impactó en el hombro izquierdo del arquero, que no pudo retener el envío de Rey. Hubo invasión de público, corridas y agresiones entre los jugadores millonarios y los hinchas de Emelec. Algo lamentable, hasta que siguió el partido de fútbol.
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