Naciones Unidas. - EEUU instó ayer a votar en la ONU a fines de esta semana para dar luz verde a una guerra contra Irak sin que se varíe el plazo establecido del 17 de marzo como fecha final para el desarme pacífico del régimen, mientras forcejeaba con sus aliados para redactar un texto que pueda lograr un apoyo mayoritario en el Consejo.
Un debate público sobre Irak se abrió ayer en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, mientras París y Moscú amenazaban explícitamente con oponer su veto a toda resolución en forma de ultimátum que autorice el recurso a la fuerza contra el régimen de Bagdad. Las primeras fisuras aparecieron en el bando de los partidarios de la guerra con un EEUU determinado a no dejar que las cosas se prolonguen más allá del 17 de marzo, y Gran Bretaña, dispuesto a acordar un plazo de tiempo suplementario al presidente iraquí, Saddam Hussein, con la esperanza de atraer a su posición a algunos de los países indecisos.
El presidente estadounidense, George W. Bush, quien tiene más de 300.000 soldados en el golfo Pérsico dispuestos a invadir a Irak para eliminar al gobierno del presidente Saddam Hussein y destruir sus presuntas armas de exterminio, está ansioso por resolver la crisis en la ONU. Bush ha dicho que atacaría a Irak incluso sin el apoyo de la ONU, pero Washington está renuente a abandonar sus esfuerzos para obtener la aprobación de un proyecto de resolución que les daría a sus operaciones militares mayor legitimidad bajo la ley internacional.
Aún cuando Francia y Rusia lleven a cabo su amenaza de vetar el proyecto de resolución, para EEUU y sus aliados más fieles sería importante que la iniciativa fuera respaldada por la mayoría de los 15 integrantes del Consejo de Seguridad.
Tanto el primer ministro británico, Tony Blair, como el jefe de gobierno español, José María Aznar, enfrentan una opinión pública cada vez más hostil a una guerra sin aprobación de la ONU. EEUU y Gran Bretaña hasta ahora no han logrado acopiar más de cuatro de los nueves votos necesarios para aprobar una resolución que establece el 17 de marzo como fecha límite para que Irak cumpla con las exigencias de desarme o enfrente un ataque. Sin embargo, el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer, declaró: "La votación se realizará esta semana".
Bush llamó por teléfono ayer a José Eduardo Dos Santos, el presidente angoleño. Angola es uno de los seis miembros del Consejo que aún no ha definido su posición. Los otros son Chile, México, Pakistán, Guinea y Camerún. El embajador camerunés ante la ONU dijo que las seis naciones indecisas del Consejo han propuesto un plazo de 45 días para Bagdad, pero Fleischer rechazó incluso una extensión de un mes.
Según un recuento realizado en Nueva York, Guinea y Camerún, cortejados por Washington y París, deberían abstenerse. Pakistán parecía ir por el mismo camino. Chile y México dudan entre la abstención y el voto en contra.
No habrá más plazo
Blair, quien enfrenta su peor crisis de liderazgo, indicó que podría estar dispuesto a extender un poco el ultimátum del 17 de marzo, pero funcionarios británicos dijeron que no permitirían que se extendiera más allá de marzo. "El Reino Unido está en negociación y se prepara para examinar plazos y pruebas juntas. Pero estoy muy seguro de que estamos hablando de acción en marzo", dijo el embajador británico ante la ONU, Jeremy Greenstock. Según fuentes de la ONU que pidieron no ser identificadas, el embajador británico en el organismo "había presentado ideas" de enmienda al proyecto de resolución introduciendo, como deseaban algunas naciones, criterios que permitan juzgar la voluntad efectiva de Bagdad para cumplir con sus obligaciones.
Blair criticó a Francia y Rusia por amenazar con usar el veto y dijo que esto alentaba al presidente iraquí, Saddam Hussein, a mantenerse firme y no ceder a las exigencias de la ONU. "Mi preocupación es que si los países hablan de usar un veto en todo tipo de circunstancias, el mensaje que envían a Hussein es: «te has librado»", declaró a la prensa en Londres. Sin embargo, el canciller ruso, Igor Ivanov, señaló, recogiendo el argumento que sostienen los que se oponen a la guerra, que una salida bélica sería darles fundamentos a los terroristas. Durante una visita a Irán, Ivanov advirtió que un ataque unilateral socavaría a las Naciones Unidas y "quizás sería un pretexto para que organizaciones radicales y terroristas aumenten sus acciones". (Reuters, AFP y DPA)