El magistral orfebre del verso, Rubén Darío, dejó estampado en el libro de firmas del hotel Edén, su parecer respecto a la clase social que frecuentaba el complejo que visitó en carácter de invitado. Su atrevimiento ofuscó a los dueños del hotel e irritó a los demás pasajeros que no escatimaron insultos hacia el nicaragüense. Nunca más lo volvieron a invitar. La dedicatoria reza: "Este álbum recoge en sus páginas blancas los nombres de ingenuos que hacen sonreír y ostenta los versos de poetas que en ancas de Pegaso al Olimpo pretenden partir. Los unos creen que con firma sonante pasarán de seguro a la posteridad, los otros confían que musa clemente no los mate al ver tanta barbaridad. Aspiración de humanos es esta creencia. Lector, si tu tienes también ambición, pon nombre y poesía, ten mucha paciencia y te dirán tonto con toda razón".
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