"Nosotros sospechábamos lo peor, pero teníamos pánico por las nenas", contó una vecina mientras los Bomberos Zapadores desenterraban los cuerpos de Andrea y Berta. El doble crimen impactó a todos los vecinos de Garay y Ayacucho. Es que tanto las víctimas como el presunto homicida vivían allí hacía varios años. Primero llegó Berta con su marido y Andrea. Viajaban desde Santiago del Estero y se establecieron en esa misma casa. Con los años, Berta y su compañero se separaron y a partir de ese momento apareció en escena su hermano Alberto, quien llegó desde la localidad santiagueña de La Banda. El hombre pronto se convirtió en concubino de su sobrina Andrea. De esa forma y con sólo 23 años, Andrea tuvo con él a Antonella y Anabel. "Qué pasó con las nenas. Qué les hicieron, dónde las llevaron", eran las preguntas que más se escuchaban cuando los vecinos se enteraban de lo que había pasado. La tristeza había ganado la cuadra. Además del cruel final que tuvieron las mujeres, nadie podía dejar de pensar en las niñas que por el momento están a cargo de un juez de Menores y sin que ningún familiar directo las pueda atender.
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