Todo cambia para que nada cambie. Al menos esa es la primera conclusión luego de la primera tanda clasificatoria del año, donde Michael Schumacher no tuvo problemas para hacerse de la pole position, pese a correr con el auto del año anterior, y su compañero Rubens Barrichello lo escoltó. Así, el pentacampeón se apresta esta noche (a las 0 hora argentina) a ganar el Gran Premio de Australia en Melbourne, más allá de todos los cambios reglamentarios tendientes a menoscabar el poderío del cavallino rampante. Schumacher no las tuvo todas consigo en los ensayos libres, donde se pegó duro con la Ferrari que debió ser reparada. Pero pese a ese handicap, a la hora de la verdad estuvo como siempre: adelante de todos. Los Bar ratificaron el buen funcionamiento en los ensayos, terminando con Villeneuve 6º y Button 8º, mientras que Montoya fue el mejor no-Ferrari, y los Sauber descollaron con el 4º puesto de Frentzen y el 7º de Heidfeld, mientras Panis puso al Toyota en un más que decoroso quinto lugar. Los Renault no hicieron al final una buena clasífica pese a andar fuerte en los ensayos, donde Trulli fue 1º y Alonso 3º. La clasificación dio lugar para las primeras sorpresas, ya que ninguno de los dos Minardi completó la vuelta en pista por problemas mecánicos y la cerraron en boxes terminando fuera del 107% del mejor tiempo. Al cierre de esta edición no se determinó si los comisarios deportivos lo autorizaban a partir en la carrera. Habrá que ver ahora si los primeros salieron con menos combustible a clasificar. Eso se verá en la carrera, pero al menos por ahora, todo está como era entonces.
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