Los saltos de algunos fans dejaron su marca. Veinte butacas del Broadway tuvieron que ser reparadas. "También se reforzó la limpieza, pero el teatro quedó en perfectas condiciones", aseguró el titular de la sala, Ulises Herrera. "Por el panorama que se veía en el recital podría haber sido mucho peor", comentó el empresario con cierto alivio. Herrera aseguró que, a pesar de esta experiencia, "las puertas del teatro no están cerradas para el rock ni para nadie, nuestra política es ser abiertos", pero aclaró: "La próxima vez vamos a tomar más recaudos. Nunca habíamos tenido un recital de este tipo". En un principio el recital de los Ratones Paranoicos estaba programado para el 15 de febrero pasado, en el Anfiteatro Humberto De Nito, pero debió suspenderse debido al mal tiempo. Por temor a exponerse a otra suspensión, los organizadores decidieron trasladarlo directamente al teatro Broadway.
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