María Laura Cicerchia / La Capital
Los hermanos Ariel y Cristian Sosa no salían juntos a robar porque en eso "no se llevaban bien", según describió la novia de Cristian en Tribunales. Eso no les impidió ir presos y ser condenados al mismo tiempo por dos violentos robos a mano armada en los que siempre dejaron a sus víctimas con la marca de sus balas. Ariel fue condenado a 11 años por matar al empleado de una distribuidora de Empalme Graneros y herir a su dueño al intentar asaltar el comercio en medio de un corte de luz. Cristian, detenido un día después, irá a la cárcel nueve años por atacar a balazos a un taxista y dejarlo ciego de un ojo en medio de un robo. En los dos hechos usaron el mismo revólver calibre 22 largo. La sentencia fue producida por el juez de Sentencia Nº 6, Julio César García, tras el juicio por tres asaltos que entre sí no tenían otra conexión que sus imputados: los hermanos Sosa. La causa principal involucró al menor de ellos, Ariel, de 25 años. El joven fue condenado por matar a tiros a un empleado y sereno de la distribuidora El Obrero, de Empalme Graneros, el 9 de marzo de 2001. Quien había identificado a su asesino antes de morir al hablar con los vecinos que lo trasladaban al Hospital Centenario. "Fue el flaco Ariel. Tengan cuidado porque es el choro del barrio", había balbuceado, tomándose el abdomen con las dos manos. A las 20.30 de ese día se produjo un inesperado corte general de luz en la zona. El dueño de la distribuidora ubicada en Juan B. Justo y Fraga, Alberto Toledo, de 63 años, decidió cerrar las puertas del local temiendo un posible asalto. Su intuición era acertada: aprovechando el apagón, cuatro personas se presentaron en el lugar e intentaron cometer un robo a mano armada. Toledo alcanzó a ver desde atrás del mostrador que su empleado Guillermo Velázquez, de 42 años y a quien todos llamaban Paraguayo en alusión a su país de origen, forcejeaba con los maleantes que intentaban traspasar la puerta del frente. Sin que mediara diálogo alguno, uno de los asaltantes sacó un arma y empezó a disparar. A pesar de la oscuridad, el Paraguayo resistió el ataque a ciegas con un arma de uso personal. Se originó un intercambio de unos diez disparos que terminó con el empleado herido de gravedad en el piso y su patrón baleado en una pierna. El asaltante armado escapó por Juan B. Justo hacia el este. Algunos vecinos alcanzaron a ver que estaba herido ya que sus cómplices -otro muchacho y dos chicas- lo ayudaban a correr. Esa suposición se confirmó tiempo más tarde cuando la policía secuestró en la casa del condenado una carta, dirigida a su hermano, donde le contaba que se iba de viaje a la ciudad de Santa Fe a "sacarse un plomo". En la vivienda también hallaron las zapatillas y una gorra que, según los testigos, vestía el atacante. En la misma casa fue detenida la ex cuñada del imputado, Daniela Alejandra Ramírez, de 23 años y embarazada de 8 meses tras su interrumpida relación con Cristian, y su hermano Javier Antonio Ramírez, de 21. Los Ramírez estuvieron presos a lo largo del proceso pero el juez García los absolvió por falta de pruebas. Hasta que la sentencia quede firme -fue apelada por los hermanos Sosa- el juez les permitió recuperar la libertad a cambio de una caución de 500 pesos. Luego, por un pedido de su abogada, Mercedes Guevara, les permitió quedar libres bajo promesa jurada teniendo en cuenta su estado de pobreza. Con Ariel la situación fue diferente. El juez entendió que sobraban pruebas en su contra. E incluso recordó que el propio Velázquez lo había sindicado como su asesino durante su agonía, antes de morir tras una fallida operación, con el diafragma y el duodeno destruidos. A Ariel Sosa le dieron 11 años por el delito de robo calificado por homicidio y lesiones graves. El arma homicida fue secuestrada al día siguiente en poder de Cristian Sosa, de 25 años, luego de que éste asaltara y baleara sin razón a un taxista. De esta forma los hermanos se vieron sometidos a un mismo proceso judicial al acumularse las causas pese a que, como advirtió la chica absuelta, "nunca robaban juntos".
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