cartas

Identidad del ciclista

No pude ser indiferente en cuanto a una de las cartas de los lectores, en la cual se hablaba de las infracciones y demás problemas que causan los ciclistas. Sé que por mi edad pueden llegar a tener prejuicios, pero espero que respeten mi opinión. Yo, como ciclista, conozco bastante las cosas mencionadas allí y, debo admitir, que a mí también me molestan. Pero a su vez, creo que en esta ciudad, sin hacerme la víctima, no hay mucho "espacio" para las bicicletas. Los ciclistas cada vez son más, porque entre el apuro de la gente, el colectivo que aumenta y la nafta también, es la mejor salida. En sí, si uno se pone a pensar un poco, los peatones tienen las veredas, los autos las calles, y los ciclistas... ¡las bicisendas! Seguro, pero ¿en cuántas calles están las mismas? Sólo en algunas avenidas y calles importantes. ¿Entonces? El ciclista tiene que meterse por donde puede. En una avenida, si vas por la izquierda, te pasan por encima, si vas por la derecha, te dan un portazo al abrir el auto. Y claro, el ciclista tiene que ver todo eso. Si vas por una calle desolada, te roban, si vas por una transitada, te pasan por encima. No hay lugar por donde pasar. Esto no justifica las imprudencias de los ciclistas, pero quiero recordarles la cantidad de imprudencias que cometen los peatones y los autos, que tienen mucho menos de qué preocuparse. Total, los autos arrancan cuando el semáforo de la calle contraria está en amarillo, y si se llevan puesto a un ciclista, ¿quién se perjudica? Sinceramente, me parece que la bicicleta no tiene un lugar en la calle, ni en ningún lado, y por eso los ciclistas se las arreglan como pueden. Recuerden las veces que los autos no ponen el guiño, juegan picadas, cruzan en rojo y van en contramano. O de los peatones que cruzan en rojo, también. ¡No vengamos con que la bicicleta es la imprudente! Por favor, todos son imprudentes, y, en todo caso, nadie muere atropellado por una de éstas, pero sí por un auto o una moto.
Fernando Kuster