El viernes a la tarde se registró otro caso con la misma modalidad delictiva. Apenas Lamónaco pisó la seccional 6ª para denunciar el suceso se encontró con Débora Di Feita, de 19 años. Ya hacía un rato que la chica había recibido un llamado en su casa de San Nicolás al 1600 en el que le anunciaban que la madre había sido secuestrada. La voz masculina que se comunicó exigió el pago de una determinada suma en códigos de tarjetas telefónicas. Pero el ardid quedó enseguida al descubierto: la mamá de Débora estaba con ella cuando sonó el teléfono para pedir la recompensa.
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