El presidente Eduardo Duhalde inauguró ayer el 121º período de sesiones ordinarios destacando que, a catorce meses de la grave crisis institucional, la Argentina "ya no se encamina hacia la disolución". Además, el jefe del Estado enfatizó que la realización de las elecciones el 27 de abril demuestra que la democracia "está a salvo". Duhalde trazó un duro panorama de la situación en la que se encontraba el país cuando la Asamblea Legislativa lo ungió presidente en enero de 2002. Y admitió: "Si no hice más no fue por falta de convicciones o de coraje. Es simplemente porque no pude". Luego consideró que, "después del derrumbe, la Argentina ya no se encamina hacia la disolución" y que el "25 de mayo me iré con la satisfacción de saber que fue el pueblo quien decidió el futuro de la patria, optando por la ancha avenida de la democracia". "Fortalecidas las instituciones, recuperada su economía, inserto nuevamente en el mundo, el país avanza hacia las elecciones, muestra más que evidente de que la democracia está a salvo", agregó Duhalde. El presidente pronunció su último discurso ante la Asamblea en un recinto de sesiones ocupado en un 80 por ciento por diputados y senadores. Los palcos fueron colmados por invitados especiales, miembros de las Fuerzas Armadas, ministros y jueces de la Corte Suprema. Flanqueado por los presidentes del Senado, José Luis Gioja, y de Diputados, Eduardo Camaño, Duhalde ingresó a la Cámara baja cerca de las 11.25. Tuvo una cálida recepción por parte de los asistentes, que lo acompañaron al grito de "Argentina, Argentina". Durante el mensaje, que se extendió por media hora, el mandatario hizo hincapié en la tarea que emprendió para pacificar el país, defendió el modelo económico, los planes sociales y el acuerdo con el FMI. Duhalde recordó que asumió el gobierno de transición "con la convicción patriótica de que había que tomar con fuerza el timón en el peor momento económico-social de la Argentina contemporánea". "Me voy con la certeza de haber dado todo de mí", afirmó el jefe del Estado, quien destacó que "hicimos grandes sacrificios y, seguramente, nos esperan horas de redoblarlos". También apeló a una frase de Carlos Pellegrini para resumir la responsabilidad que le otorgó el Congreso en el 2002: "Consideraré siempre como un alto honor haber presidido los destinos de la República en una época de profunda ansiedad para el patriotismo y como la más grande satisfacción de mi vida haber conseguido salvar incólumnes las instituciones, desarmar las pasiones embravecidas, levantar la autoridad más arriba de los intereses de partido y preparar, de ese modo, la nueva era constitucional en que ha de entrar el país, lleno de vida y de esperanza". Duhalde defendió el plan económico instrumentado para promover la producción y el trabajo. Y, tras resaltar que las políticas fiscales y monetarias "evitaron la suba descontrolada de precios y la inestabilidad cambiaria", sentenció: "La hiperinflación es una pesadilla del pasado". Asimismo, reivindicó la política social al asegurar que "pusimos en marcha programas que constituyen una sustancial transferencia de recursos hacia los sectores más desamparados y castigados por la crisis". Duhalde destacó el criterio utilizado por realizar cambios en la economía, rememorando que "invertimos lo establecido por la ley de déficit cero, que primero priorizaba los compromisos externos y después los internos". De paso, anunció que "está garantizada la partida destinada a pagar el incentivo docente adeudado" y la gestión de un crédito para "atender los retrasos en la educación". El mandatario ratificó que la Argentina no enviara tropas para participar de una guerra en el Golfo Pérsico. "El país mantendrá su defensa de la tarea que realizan las Naciones Unidas y el Consejo de Seguridad en pos de la paz mundial", concluyó. En tanto, el delfín presidencial del duhaldismo, Néstor Kirchner, expresó ante la Asamblea Legislativa de Santa Cruz su intención de sacar al país de la crisis, como lo hizo en su provincia en 1991. También hubo Asambleas Legislativas en La Pampa y Santiago del Estero, al igual que en la Capital Federal, durante la cual el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, confirmó que el 8 de junio se votará en ese distrito.
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