Eugenia Langone / La Capital
Más de 950 chicas menores de 16 años se convierten cada año en madres. En Rosario hay anualmente 10.500 partos en el sector público de salud, de los cuales el 30 por ciento es de menores de 19 años y el 10 por ciento tiene como protagonistas a chicas de menos de 16. Esta semana, el caso de la niña de 11 años que lleva adelante un embarazo de seis meses, presuntamente producto de un abuso sexual, y que padece sífilis, abrió una vez más el debate sobre la maternidad en adolescentes y niñas. El director de la Maternidad Martin y titular del Centro Rosarino de Estudios Perinatales, Guillermo Carroli, aseguró que "estas situaciones no son infrecuentes y cuanto más chica es la madre, más probabilidades hay de que se trate de un embarazo producto de un abuso". Aunque dijo no tener una "opinión formada" sobre el aborto terapéutico, el obstetra admitió que lo acepta "cuando corre riesgo la vida de la madre. Hay que poner por encima la vida de la mujer porque de otra manera tampoco hay vida para el bebé". -¿Los casos de madres adolescentes han aumentado en los últimos años? -Desde 1997 la cifra se mantiene estable, pero hay que tener en claro las implicancias que tiene ser madre adolescente. Porque no sólo tienen 14 años, sino que además viven en condiciones de vulnerabilidad, en un ámbito que no las contiene social, cultural ni económicamente. Lo que se refleja en problemas en el embarazo, el parto y el desarrollo del bebé. -Estonces no es un prejuicio pensar que estos casos se dan sobre todo en las clases más desprotegidas... -Claro que no. Hay cuestiones de educación, como el temprano inicio en las relaciones sexuales, que hacen que estas situaciones se den en familias carenciadas. -¿Y en el caso de los embarazos producto de un abuso? -Ese tipo de casos no es infrecuente y cuanto menor es la madre, más probabilidades hay de que se trate de un embarazo producto de un abuso sexual. Además, esta problemática no se da desde hace un año, sino desde hace mucho tiempo. Ahora pareciera que la desnutrición infantil, el hambre, los abusos sexuales y los embarazos adolescentes hubieran comenzado con la crisis de diciembre del 2001, pero no es así. -¿Qué rol juega el médico en los casos de niñas que quedaron embarazadas por un abuso? -Es una situación que a los médicos nos queda grande. Aquí tiene que haber prevención, que se logra a través de la educación y mejorando las condiciones socioeconómicas. Los médicos tienen que estar capacitados para detectar estos casos y tienen que ser estratégicos a la hora de indagar, porque hay cuestiones de pudor de los chicos, hay vergüenza y culpa. Aquí es donde los médicos tienen que capacitarse para indagar, ver y denunciar. -¿Los programas de salud reproductiva del Estado contienen a estas adolescentes y niñas? -Primero, no hay que confundir salud reproductiva con anticoncepción. Y para esto la educación es fundamental, porque hace a la prevención. Estas acciones de salud no sólo tienen que ser ejercidas por los médicos, sino por toda la sociedad, porque no se soluciona con anticonceptivos. Por eso, hay que fortalecer los programas. -¿Qué opina del aborto terapéutico ante casos de embarazo y abuso? -No tengo una opinión formada. Pero si existe peligro de la vida de la madre, no tengo duda y en ese caso el aborto terapéutico está contemplado en la legislación. Es que hay que poner por encima la vida de la madre; si no, tampoco hay vida para el bebé. -¿Corren más riesgos las madres cuando son adolescentes y más aún en este caso, donde la niña padece sífilis? -Por debajo de los 16 años, los problemas físicos aparecen. Las enfermedades para una embarazada son riesgosas y en el caso de la sífilis, es un peligro tanto para la madre como para el niño. De hecho tiene acciones que pueden llevar a la muerte a ambos.
| |