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Picadas en el autódromo

Con mucho enfado he leído en La Capital el desagrado de mis vecinos del barrio Aldea sobre el ruido que producen los vehículos en el autódromo de nuestra ciudad los días viernes por la noche, producto de las picadas de autos y motos. Debemos tener en cuenta que es muy probable que hayan sido engañados en su buena fe y no le hicieron mención de que existía un autódromo a pocas cuadras de donde iban a edificar sus viviendas. Debemos recordarles que también existe un aeropuerto, con fluido tráfico de aviones de distinto porte y también una ruta de acceso al mismo, donde transitan vehículos produciendo ruidos molestos al pasar. Señores vecinos de Aldea, no está en mi ánimo vuestra molestia, ni tampoco que con mi diversión los viernes por la noche pasen ustedes un mal rato; pero esta ciudad, gracias a Dios, es una ciudad con sentimientos y pasiones, y en cualquier barrio en que vivamos siempre vamos a tener un porqué. Arroyito, Parque, con el fútbol, el centro con confiterías y bares, y así, cada lugar de Rosario tiene su fibra que vibra y se siente viva. Yo tengo mi pasión y voy a picar al autódromo porque es parte de mi ciudad y de mi sentimiento. Y porque es allí donde me siento seguro, al hacerlo con las reglas de seguridad que me brindan, sin poner en riesgo la integridad de mi prójimo.
Ricardo Bulla