Año CXXXVI
 Nº 49.766
Rosario,
jueves  27 de
febrero de 2003
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Improvisaciones facilistas

He leído con especial atención el artículo del señor Alberto Serra, publicado en La Capital en su edición del 17 de febrero pasado. Ante la pregunta de ¿por qué no impulsar un estudio de factibilidad de un tren de pasajeros que una Rosario con Buenos Aires, que tanta falta nos hace a los rosarinos, deseo señalar que dicho tema ha sido permanente preocupación del suscrito en su doble condición de ex funcionario de ferrocarriles argentinos y actual consultor en administración de empresas ferroviarias. Inevitablemente, la principal solución que plantea el problema es el estado de las vías, la peligrosidad de los cruces a nivel y las zonas marginales por las que atraviesa el tendido. En los años cuarenta, los trenes de trocha ancha en dicho corredor hacían el trayecto en poco más de tres horas, a un velocidad promedio de 93,8 kilómetros por hora, y después de 50 años ese mismo recorrido se hacía en más de cinco horas a una velocidad media de 53,2 kilómetros por hora. El nivel de la inversión para lograr las velocidades de los años cuarenta ronda los noventa millones de pesos, por lo que primero habría que definir quién estaría dispuesto a realizar las obras y luego de dónde saldría el dinero. En lo que concierne a la utilización de la Estación Central Córdoba, el autor de esta nota, en el mes de febrero, le sugirió a los técnicos de la consultora española que intervinieron en el proyecto de trenes de alta velocidad entre Retiro y Rosario para la recomposición de la traza realizando un enlace en inmediaciones de la estación Coronel Aguirre, pasando por Villa Diego y zona portuaria, para acceder mediante soterramiento a la mencionada estación. Claro está que, como bien lo expresa el señor Alberto Serra en su artículo, antes debería terminarse con la larga historia de las improvisaciones facilistas.
Jaime R. Remolins


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