La devaluada actualidad de Colo Colo le permitió anoche a Boca derrotarlo por primera vez en suelo chileno, en esta ocasión por 2 a 1, lo que encaramó al conjunto xeneize al tope de las posiciones del grupo 7 de la Copa Libertadores con apenas dos partidos jugados.
El encuentro jugado en el estadio Monumental de Santiago dejó muy atrás en la memoria aquel accidentado partido de mayo de 1991, en el que hasta un perro mordió al entonces arquero xeneize Carlos Navarro Montoya, en un triunfo colocolino en semifinales que lo llevaría posteriormente a consagrarse campeón de América.
Ese declive institucional y deportivo que aqueja al conjunto chileno, y que en este último plano no pueden mejorar los solitarios esfuerzos de dos veteranos como el emblemático Iván Zamorano y el volante argentino Marcelo Espina, fue ayer rápidamente advertido por Carlos Bianchi y sus huestes.
Por eso no extrañó que Boca planteara el encuentro en terreno rival, con Villarreal y Caneo transitando los costados de un Raúl Cascini que no retrocedía mucho más allá del círculo central y con esto se aseguraba una rápida recuperación para que Ezequiel hiciera y deshiciera a su antojo.
Y el Equi, con su talento intacto y la confianza que le da Bianchi, puede ser figura siempre. De hecho, durante el primer tiempo fue el dueño de la pelota y las hizo todas: gambeteó, jugó a un toque, asistió y hasta tuvo un par de ocasiones para confirmar su nueva versión goleadora.
Cómo sería de previsible la debacle de los dueños de casa que esos mismos hinchas hasta se dedicaban a pelearse entre ellos entre e insultar a sus jugadores, mientras su defensa, con el uruguayo ex River y Estudiantes Leonardo Ramos a la cabeza, hacía agua por todos lados.
Y como no podía ser de otra manera llegó el gol, tras el enésimo error de Lobos al querer bajar un centro con una mano, perder la pelota y posteriormente hacerle un innecesario penal a Caneo tomándolo de la camiseta. Ejecutó Moreno y gol. Ya en el complemento, y por un error aislado, Colo Colo se encontró con un penal para igualar. Burdisso cedió corto para Abbondanzieri, quien debió cometerle penal a Zamorano cuando el delantero lo anticipaba. Pateó Espina y estalló el estadio. Boca no desistió, porque Colo Colo seguía dando facilidades atrás. Las mismas que permitieron a Caneo habilitar a Delgado, quien dejó solo de frente al arco a Moreno, y otra vez el santiagueño convirtió para cerrar el triunfo xeneize.
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La Ciudad
