Pablo R. Procopio / La Capital
"Ir desarmando a la población". Con esta consigna fue presentado ayer en el Concejo un proyecto a través del que se propone la creación del Programa de Desarme Voluntario por la Paz Urbana. Se trata de que los rosarinos canjeen armas a cambio de "incentivos": dinero en efectivo, vales por alimentos, ropa o medicamentos, entre otras cosas. Está previsto que la Municipalidad aporte su infraestructura para llevar a delante el operativo, aunque también deberá convocar a empresas y otras organizaciones de la sociedad civil. El camino de los fierros entregados será su destrucción. La propuesta fue pergeniada por el concejal de la Unión Cívica Radical, Jorge Boasso, a raíz de una positiva experiencia realizada en la provincia de Mendoza. Se trató del "Plan canje de armas por mejores condiciones de vida" que consistió en un método sencillo: quien entregaba un revólver para su destrucción, recibía tickets para comprar alimentos. "Ese proyecto llegó a mi conocimiento y me pareció razonable, por eso preparé uno similar con determinadas adaptaciones", sostuvo el edil en diálogo con La Capital. Aunque, la Cámara de Senadores de la provincia dio media sanción a una propuesta similar en octubre de 2001. El programa que se puso en marcha en la provincia cuyana permitió recuperar unos 300 fierros y 1712 proyectiles. "Un éxito teniendo en cuenta que observadores alemanes habían estimado que, de acuerdo a la cantidad de habitantes, recuperar 30 armas hubiese sido todo un logro", afirmó el parlamentario rosarino. Al parecer, la base de la idea de Boasso es buscar reducir el número de muertes, accidentes y lesiones "reforzando la idea de la relación que existe entre las armas y la violencia", dijo en sus considerandos antes de agregar que "cada vez son más los ciudadanos armados que hacen justicia por mano propia ante la ola de inseguridad". El proyecto prevé convocar a personas o instituciones expertas en el tema que ofrezcan conocimiento técnico y logístico para ponerlo en funcionamiento. El programa consistirá en el canje de armas por incentivos. Dinero, bonos para alimentos, ropa, materiales, medicamentos, entradas para la cancha, becas educativas y otros artículos para elevar el nivel de educación de la población que se lograrán "mediante convenios con empresas y la sociedad civil". Finalmente, una comisión deberá controlar el canje voluntario y la destrucción de las armas. Pero Boasso no es el único edil que empezó a trabajar con el objetivo de reducir la ola de violencia. El justicialista Agustín Rossi estudia crear un Programa de Seguridad Urbana constituyendo juntas zonales y la implementación de un régimen de voluntarios que informarán a los vecinos sobre cómo defenderse de la inseguridad. Por su parte, Ricardo Marengo, del Partido del Progreso Social busca implementar los Consejos de Seguridad Barriales que se conformarán de acuerdo a las jurisdicciones policiales de la ciudad. Este tema parece no darle tregua al Palacio Vasallo, el nuevo jefe de la Unidad Regional II, Luis Pogliese, visitó ayer a sus autoridades y se comprometió a destacar la "responsabilidad de la policía".
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