Después de que ayer en Rosario se registraran 35,1 grados de temperatura máxima y una bochornosa sensación térmica de 44, el pronóstico del Servicio Meteorológico Nacional trajo cierta esperanza. Según afirmó a La Capital el jefe del Servicio de Análisis Climático del organismo, Hugo Hordij, esta podría ser la última ola de calor del verano. A partir del mañana, empezará a armarse un "sistema de lluvias que irá produciendo un gradual descenso de las temperaturas", adelantó el especialista. Se espera incluso que esa tendencia persista a lo largo de marzo, con registros de precipitaciones por encima de lo normal y algunas tormentas fuertes que, en la zona del Litoral, podrían llegar incluso a provocar algunas inundaciones locales.
El calor de ayer fue agobiante en Rosario, aunque no alcanzó los niveles récords del verano registrados hace poco menos de un mes, cuando la temperatura llegó, el 31 de enero, a 39,5 grados y la sensación térmica, dos días después, trepó a 47,2. Sin embargo, el cuerpo tiene poca memoria.
Por eso, desde temprano los rosarinos padecieron el bochorno como el peor. Hacia las 10 la temperatura orillaba ya los 30 grados, con una sensación térmica que superaba los 34. A medida que corrió el día la cosa se fue poniendo cada vez peor y el calor siguió apretando ininterrumpidamente hasta llegar, a las 17.10, a una máxima de 35,1 grados con una térmica de 44, viento soplando del cuadrante norte, presión en baja e importantes índices de humedad.
Si se cumplen los pronósticos del Servicio Meteorológico, hoy no habrá significativas variaciones en cuanto a calor, pero al menos temporariamente se pueden registrar lluvias y tormentas. Las precipitaciones, que se mantendrán por lo menos un par de días, podrían ser localmente fuertes y hasta incluir la caída de granizo y ráfagas de viento, lo que ayer motivó el lanzamiento de un alerta para la zona central del país.
Las tormentas se producirán por el choque de un frente frío, que ayer ya avanzaba a través del centro de La Pampa y el sur de Buenos Aires, con una masa de aire cálido, húmedo y muy inestable instalada sobre las regiones del centro y el Litoral.
Mañana, alivio
Por eso se prevé que a partir de mañana, con nuevas precipitaciones y el progresivo avance del frente frío desde el sur, se empezará a registrar cierto alivio. Aun así, en el Servicio Meteorológico no esperan que se produzcan abruptos cambios de temperatura, sino un paulatino descenso aunque notable de las marcas.
"Este final de verano se vino caracterizando por una fuerte variabilidad climática, es decir, por olas de calor intensas seguidas por frentes fríos", explicó Hordij. Es justamente esa tendencia la que empezará a revertirse a partir del fin de semana próximo, cuando "la temperatura tenderá a normalizarse". Ello implica, según el especialista climático, que la disminución del calor será progresiva hasta llegar a las medias típicas para el otoño .
En cambio, Hordij vaticinó que no será tan normal el registro de precipitaciones, que se espera superará las marcas habituales para la época. "Se armaría un sistema de lluvias para toda la región del Litoral, incluida Rosario, con algunas tormentas importantes", adelantó Hordij.
Esos registros superiores a lo normal podrían incluso producir anegamientos locales, una previsión que sin embargo no alcanza por ahora a Rosario porque no existen niveles de crecida importante en el Paraná.