"Hicimos de todo para que jugara y nos dijo que no. Ahora, desde afuera, nos quiere dar cátedra sobre cómo debemos jugar...", se quejó un funcionario nacional, que pidió anonimato. La Capital pudo constatar in situ que la bronca inflamó el primer piso de la Casa Rosada. Lo menos que se decía del santafesino era que se había pasado al menemismo, blanqueando lo que varios venían afirmando en voz baja luego de que ratificara su prescindencia. "Queda claro que ahora sufre el efecto (Rubén) Marín", ironizó otro funcionario acerca de la influencia de la supuesta visita del pampeano a Llambi Campbell, posteriormente desmentida por Reutemann. Incluso detectó cierto resentimiento en los dichos: "El Lole sabe que ya nunca podrá ser presidente, perdió su oportunidad". En los búnkers menemistas las afirmaciones de Reutemann fueron celebradas, y el solitario rebelde duhaldista Osvaldo Mércuri otorgó credibilidad al temor del Lole sobre "aprietes" a los gobernadores. Los operadores presidenciales optaron por informar que los no menemistas de Córdoba se alinearán detrás de Néstor Kirchner. Y agregaron que el vice "no será bonaerense", por lo que subieron levemente las acciones del jujeño Eduardo Fellner.
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