Omar Bravo Carlos Roberto Morán / La Capital
El gobernador de Santa Fe, Carlos Reutemann, fue blanco ayer de una dura réplica de la Casa Rosada y de sus pares justicialistas. Es que sus declaraciones sobre un presunto "apriete" a los mandatarios provinciales para que respalden al candidato presidencial del oficialismo, Néstor Kirchner, cayeron como un baldazo de agua fría. Y el impacto se sintió con fuerza: Juan Carlos Mazzón, el principal operador político del jefe del Estado, Eduardo Duhalde, desembarcó en forma sorpresiva y secreta a la capital provincial para mantener un encuentro privado con el Lole. Mazzón llegó por la mañana a Sauce Viejo y se dirigió de inmediato a la Casa Gris, donde se reunió con Reutemann por espacio de 45 minutos. El funcionario le notificó al mandatario santafesino que nadie en el gobierno está comprometido en algún trabajo sucio para desestabilizar a su administración.
Un distrito fundamental No obstante, La Capital pudo saber que Reutemann le planteó al influyente emisario duhaldista que Santa Fe debe ser considerada siempre en primera línea. Y también le recordó la importancia del distrito en una contienda electoral. Por eso subrayó que "esta provincia puede determinar el resultado de los comicios". Mazzón le aclaró al gobernador que no se encontraba detrás de ninguna operación. Además, reiteró que tanto él como el presidente, e incluso el propio Lole, "no son candidatos a nada" y que, después del 25 de mayo próximo, volverán a sus actividades particulares. "Reutemann se puede sentir tranquilo: no manipulamos ni presionamos a ningún gobernador por ninguna cuestión", sostuvo previamente el jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, quien le advirtió al Lole que "si tiene alguna duda, las puertas de la Rosada están siempre abiertas para aclarar cualquier cuestión de este tipo". Pero las palabras más duras fueron lanzadas por el ministro de la Producción, Aníbal Fernández, quien ironizó: "Quedarse sentado en la reposera, diciéndole a los otros «che, ustedes son los equivocados», no me parece que sea lo correcto". En tanto, los gobernadores de Córdoba, José Manuel de la Sota, y de Buenos Aires, Felipe Solá, desautorizaron las aseveraciones de Reutemann y negaron haber sido presionados por el oficialismo. El jueves, en su reaparición pública tras de 45 días de ausencia por enfermedad, el Lole no descartó que su prescindencia respecto de las elecciones de abril le genere problemas: "Si empezamos con aprietes, me parece que es empezar mal un proceso democrático. Si esto se produce desde el gobierno central, me parece que empezamos muy mal". Sin embargo, De la Sota negó haber recibido presiones del gobierno y aprovechó para ratificar su prescindencia. Solá, a su turno, relativizó las manifestaciones de Reutemann, al aclarar que "yo no tuve esa situación". Luego, en sintonía con las palabras de Fernández, enfatizó que "no es lo mejor ser neutral frente a los candidatos que tenemos". Hasta la flamante compañera de fórmula de Solá en Buenos Aires, la ministra de Educación, Graciela Giannettasio, afirmó que le consta que "no hay discriminación" hacia los gobernadores que no pertenecen al duhaldismo y no apoyan a Kirchner. Los reproches también afloraron en el entorno del patagónico. Alberto Fernández, el jefe de campaña de Kirchner, aseguró que "no es justo" que el Lole hable desde un lugar de imparcialidad cuando el PJ requirió de su ayuda y "eludió el compromiso". Frente a Mazzón, Reutemann también repasó las distintas exigencias económicas planteadas a la Nación, tales como las obras que están comprometidas, entre ellas la reparación de la ruta nacional 168. La evidencia de que, pese a la tragedia registrada días atrás en esa ruta (cuando se produjo un socavón), el gobierno sólo destinara 500 mil pesos para este año, fue considerada en Santa Fe como "un posible" elemento de "apriete". Si bien la prescindencia del PJ santafesino parece haber incomodado al poder central, quedó demostrado que el mensaje del Lole llegó claro y nítido adonde estaba dirigido. Por eso el inmediato desembarco de Mazzón, más allá de que la excusa oficial haya apuntado a una visita protocolar para interiorizarse sobre la salud del gobernador y tratar la situación política en la provincia. Mazzón fue uno de los que más se comprometió con el operativo Reutemann Presidente, que el oficialismo trató infructuosamente de armar para enfrentar al menemismo. Y, por la buena relación que mantiene con el Lole, fue comisionado para evitar que la fila de bonaerenses con el cuchillo entre los dientes hiciera llegar la sangre al río.
"El mayor apretador de la historia" La polémica desbordó los límites del PJ. El diputado Alberto Natale (PDP) aprovechó para disparar que "el gobierno, con la devaluación, les robó a los trabajadores el 40% de sus sueldos". "Para colmo, Reutemann denunció que también aprietan a los gobernadores para que apoyen a Kirchner", bramó Natale, quien disparó: "El presidente merece ser recordado como el mayor apretador de la historia del país". Anoche, una calificada fuente del PJ santafesino esgrimió su teoría. "Al Lole no le gustó nada que Kirchner dijera en Rosario que no necesitaba su apoyo", precisó a La Capital. Con respecto a la posición adoptada por el gobernador, insistió: "Es toda una definición. El va a ser imparcial".
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