Empalme Villa Constitución. - Aunque incipiente y tibia, la polémica por la posible construcción de un motel está instalada y es uno de los temas diarios entre la gente del pueblo. Las opiniones a favor o en contra se suceden sin pausas en los corrillos de vecinos, pero las bocas se cierran herméticamente con la sola aparición de un grabador o una cámara.
Es que en un pueblo de cinco mil habitantes, donde casi todos se conocen desde siempre y la forma de pensar de cada uno no es un secreto para nadie, es difícil que alguien exteriorice una opinión pública sobre un tema tan espinoso. Y más aún cuando la propia Iglesia calificó el proyecto de "pecaminoso" y aseguró que será un "foco de corrupción".
Liliana es madre de dos hijas adolescentes y hasta que el cronista guardó el grabador no dio su opinión. "Me parece que no es para tanto. El motel no será la solución a los problemas laborales del pueblo, ni tampoco un lugar que merezca ser demonizado. Es un comercio más, y como todo dependerá del buen o mal uso que se haga de él", sostuvo la mujer.
En esa sintonía, pero con la soltura de sus 17 años, Maxi ("Maxi, sólo así, a secas", pidió) consideró que "tanto bardo no tiene sentido. Si acá nomás cerquita, en San Nicolás, está lleno de moteles y por eso nadie se murió ni se volvió loco", y enseguida dejó caer un argumento más que contundente: "Y con nosotros no habrá problemas, porque ¿quién junta 20 mangos para ir?".
"Nada de porquerías"
Don Luis R. es jubilado y sobre el tema tiene una sólida opinión formada. "Cada día es mayor la degeneración. ¿Dónde quieren llevar a la juventud? ¿Por qué no les dan trabajo a los pibes en vez de la corrupción que nos quieren instalar en la puerta de la casa? Los curas tienen razón, porque así viene la prostitución, después la droga... La comuna tendría que hacer obras en el pueblo y ayudar a la gente, y no hacer estas porquerías", sentenció.
Pero su compañero no comulga con la misma idea. "¿Que querés, que los pibes lo hagan en plena calle, como yo mismo los he visto de madrugada y hasta casi de día?", le respondió a don Luis.
En una rueda de mate, al lado de la pileta de uno de los dos clubes del pueblo ("No digas en cuál porque seguro que nos reconocen", casi imploraron) siete u ocho chicas de no más de 16 años se mostraron partidarias del motel. "En algún momento, dentro de unos años, vamos a ir a un lugar de esos -predijeron entre risas cómplices-, entonces qué mejor que sea aquí cerca y en un lugar como la gente".
Una necesidad de siempre
"Foco de degeneración", "otro lugar para ejercer la prostitución y así las enfermedades", "seguro que allí se va a meter la droga" o "vaya uno a saber qué esconde este negocio" fueron las opiniones recurrentes de los detractores del proyectado hotel alojamiento. Notoriamente enfrentadas a otras tantas, que consideraron al motel como "un negocio lícito", "una necesidad que tuvimos desde siempre y la iglesia lo impidió" o "un lugar cómodo y seguro para algo tan lindo y natural".
En tanto inversores y autoridades continúan adelante con las tramitaciones para concretar el cuestionado emprendimiento, la polémica continúa y, por ahora, las opiniones parecen estar empatadas. Mientras, las parejas de esta zona no tendrán más alternativas que vivir un rato de pasión "en el auto, en el bosquecito que está a la salida, en el camino a Theobald o la calle de tierra que llega hasta Villa", recursos que, ante las carencias, se transmiten boca a boca hace generaciones.