Una niña nicaragüense de nueve años que quedó embarazada tras ser víctima de una violación en Costa Rica fue sometida ayer a un aborto terapéutico en Managua y se recupera bajo vigilancia médica, indicó anoche Violeta Delgado, presidenta del organismo no gubernamental Red de Mujeres contra la Violencia.
Delgado dijo a periodistas que la interrupción del embarazo fue realizada en una clínica privada de Managua, que no identificó, por un equipo de tres especialistas que ofrecieron voluntariamente sus servicios a la familia de la menor, identificada como "Rosa".
La dirigente feminista añadió que la pequeña se encuentra "en excelente estado de salud" y que sus padres "están muy contentos" de haber tomado la decisión de interrumpir el riesgoso proceso de gestación de 15 semanas.
La pequeña había sido violada por un joven hace cuatro meses en Costa Rica, donde sus padres trabajaban recolectando café. Además del embarazó, la niña sufría diversas afecciones, entre ellas una enfermedad venérea contagiada por el violador.
Los médicos determinaron que su vida corría peligro si seguía adelante con el embarazo, pero también si se sometía a una intervención quirúrgica para interrumpirlo. La ambigüedad médica, ratificada después por el Ministerio de Sanidad nicaragüense, desencadenó una serie de críticas en el país y fuera de sus fronteras por la incapacidad de la Iglesia Católica para tomar una decisión.
La Conferencia Episcopal española llegó a pronunciarse sobre el caso. Se solidarizó con la situación de la menor y lamentó la violación que había sufrido, pero manifestó su rechazo absoluto a la práctica del aborto.
La organización no gubernamental indicó que "la niña está muy bien, tranquila y aliviada, porque siente que le han quitado una carga enorme y que ahora podrá seguir jugando con sus muñecas y sus acuarelas". La dirigente Violeta Delgado dijo que "hay grandes probabilidades de que ella pueda superar esta tragedia y recuperar su vida normal".
Total hermetismo
Según la mujer, la cirugía se practicó antenoche bajo un total hermetismo, en medio de versiones de fuentes cercanas a la familia de la nena que indicaban que ayer sería trasladada a Cuba para ser atendida en un hospital de La Habana.
El abogado Sergio García Quintero leyó un pronunciamiento de los padres de "Rosa", identificados como María de los Santos Esquivel y Francisco Fletes, quienes dijeron que tomaron la decisión del aborto porque el Ministerio de Salud no permitió atender a su hija en un hospital público y "la dejó a su suerte".
Ambos declararon que actuaron por su "libre y espontánea voluntad", amparados en el artículo 165 del Código Penal de Nicaragua, normativa que autoriza el aborto terapéutico en los casos en que un embarazo represente riesgos graves para la vida de la madre.
Fletes y Esquivel lamentaron la actitud de los funcionarios por "haberse desentendido tan irresponsablemente de nuestra hija" y responsabilizaron a esa institución "por las consecuencias que puedan derivarse de esta situación".
Sobre la posibilidad de que "Rosa" sea trasladada al exterior para recibir tratamiento médico, Delgado dijo que por ahora sus padres han decidido permanecer en Nicaragua para "no someterse ni someter a la niña a un nuevo padecimiento". (Reuters y DPA)
La Ciudad
