Año CXXXVI
 Nº 49.760
Rosario,
viernes  21 de
febrero de 2003
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Maleantes detenidos y vecinos agobiados por atracos en cadena en Garzón al 600
Robo, tiros y heridos en una zona de Empalme Graneros que no tiene paz
Dos ladrones balearon a un comerciante, le robaron a otro y se tirotearon con la policía. Uno era prófugo de la 10ª

Paola Irurtia / La Capital

Un comerciante de 26 años resultó baleado al enfrentar a un dúo que intentó asaltarlo ayer, en su negocio de Garzón y French. Los ladrones escaparon después de dispararle, pero en el camino robaron a un panadero en la puerta del local, a metros del otro negocio. Con la policía alertada por el comerciante herido, los ladrones protagonizaron una persecución y tiroteo en el que resultó herido uno de ellos, reconocido como uno de los protagonistas de la última fuga de la seccional 10ª. Además de estar prófugo por la evasión, el maleante estaba acusado por un robo ocurrido dos días antes. Su compañero, también detenido, tiene 17 años.
"Somos trabajadores. Abrimos a las 8 y a las 8.10 nos roban", contó Ana Bustamante, de 63 años, la mamá del comerciante herido. La mujer comparte con su hijo Pablo la atención del autoservicio ubicado en Garzón al 600 bis. Ayer no llegó a tomar su mate cocido, que quedó enfriándose sobre el mostrador del fondo.
Los Bustamante no llevaban más de diez minutos con el portón de ingreso al negocio abierto cuando entraron los dos ladrones decididos a llevarse el dinero. Pablo, trabajador y testarudo de familia, se negó a entregar su plata. Vio que uno de los asaltantes estaba armado, pero igual se le abalanzó con la intención de hacerlo desistir a golpes. La pelea terminó con el el estampido de un arma, que hirió al comerciante en la parte superior de la pierna. Después del disparo, los ladrones escaparon del local.
Ana estaba en la parte de atrás del negocio. Sus gritos no alcanzaron para frenar a Pablo, que salió con el proyectil a cuestas a buscar a un médico manejando su camioneta. A las pocas cuadras se cruzó con un patrullero del Comando Radioeléctrico y se detuvo para denunciar el robo. Los policías lo trasladaron al hospital Carrasco y enviaron otra patrulla a la zona donde había ocurrido el robo, con la descripción de los dos asaltantes.
Al mismo tiempo, un panadero que trabaja en su casa a metros de Garzón, sobre French, fue asaltado por un par de hombres armados y todas las sospechas se volcaron hacia el dúo que escapaba del intento frustado en el autoservicio de Bustamante. Marcelo Ghergo, de 35 años, entregó a los ladrones el dinero que llevaba encima y siguió con su rutina de reparto. "Los robos no son aislados, son constantes. El poco dinero que tenés encima, se lo das", contó un albañil correntino que reparaba el local donde asaltaron a Ghergo.
La patrulla alertada por Bustamante recorrieron la zona del asalto y cruzaron a dos hombres similares a la descripción que llevaban en Solís y las vías, una zona enclavada en una villa miseria. El reporte policial de la comisaría 12ª cuenta que la policía dio el alto, los ladrones comenzaron a disparar, la brigada repelió el ataque y uno de los asaltantes cayó herido en medio de un pasillo. El otro asaltante fue apresado.
El sospechoso herido fue reconocido como David Ferriol, un hombre de 23 años que escapó de la seccional 10ª en enero pasado junto a cuatro compañeros. Además de este robo, está imputado de uno ocurrido dos días antes, indicó un vocero de la seccional 12ª. "Vive en el barrio y lo buscamos desde la fuga. Allanamos la casa dos veces, pero fue imposible ubicarlo", dijo.
Ferriol recibió disparos en sus piernas y fue trasladado al Heca, indicó la policía.
El otro detenido tiene 17 años y una lista que suma 46 antecedentes por otros delitos, señaló el vocero. El menor, a diferencia de Ferriol, no es de ese barrio, sino de Las Flores.
La familia de Bustamante esperaba al mediodía en el Carrasco la evolución de Pablo, que tiene a su compañera embarazada de 6 meses. El hombre recibió el proyectil apenas debajo de un glúteo, estaba fuera de peligro, pero debía permanecer en observación el resto del día. "Le agradezco a Dios en todo momento, porque podría haber ocurrido una tragedia", contó Ana. La mujer lleva más de 30 años en el barrio, pero ser conocida ya no le otorga tranquilidad. Al contrario, aumenta la preocupación de la familia.



Ana es la madre de un comerciante baleado ayer. (Foto: Sergio Toriggino)
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