Ankara. - Turquía asestó ayer un duro revés a los preparativos de Estados Unidos para lanzar una guerra contra Irak, al endurecer sus demandas monetarias en las negociaciones sobre su posible rol como plataforma de lanzamiento de una eventual invasión. Recep Tayyip Erdogan -jefe del partido en el poder en Turquía- fue quien solicitó ayuda económica a Estados Unidos en caso de guerra y advirtió que su país no se comprometió de forma irreversible con su aliado estadounidense. Mientras el presidente Ahmed Necdet Sezer se encargó de solicitar una resolución de la ONU autorizando la acción militar contra Bagdad.
"Nuestros amigos norteamericanos no deben interpretar la autorización del Parlamento para modernizar las bases como si el compromiso de Turquía fuese irrevocable", comentó Erdogan ante el grupo parlamentario de su partido Justicia y Desarrollo. El Parlamento turco autorizó el 6 de febrero la modernización por parte de Estados Unidos de ciertas bases y puertos turcos para su eventual utilización en caso de una operación militar contra Irak. Pero una segunda votación, prevista ayer, para autorizar el despliegue en Turquía de tropas estadounidenses fue postergada por falta de un acuerdo turco-norteamericano sobre las modalidades de ayuda financiera solicitada por Ankara para hacer frente a las consecuencias de una guerra.
Una resolución de la ONU autorizando la acción militar contra Irak será necesaria para que Turquía pueda considerar un despliegue de tropas de combate estadounidenses en su territorio, declaró ayer el presidente Ahmed Necdet Sezer, según la agencia de noticias Anatolia. "Desde el principio dijimos que la presencia de soldados extranjeros en Turquía debe ser autorizada en circunstancias consideradas legítimas por el derecho internacional", afirmó.
"Por eso pensamos que debería haber otra resolución además de la 1.441 del Consejo de Seguridad de la ONU para tener una situación legítima de acuerdo con la ley internacional", agregó. No obstante, el presidente agregó que el Parlamento es el único que puede decidir si se autoriza que tropas extranjeras sean acantonadas en el país.
El presidente turco, cuyos poderes son limitados, no tiene derecho de veto sobre dichas resoluciones parlamentarias. Sin embargo, puede influir a través del Consejo Nacional de Seguridad, que preside. Esta comisión consultiva, en la cual participan jefes militares y miembros del gobierno, tiene un peso considerable en la vida política del país.
Turquía se resiste a abrir sus puertas a las unidades de combatientes norteamericanas encargadas de una posible operación contra Irak y espera que Estados Unidos realice un esfuerzo financiero suplementario en su favor para hacer votar una autorización en su Parlamento. Turquía prevé el despliegue de entre 40.000 y 55.000 tropas en el norte de Irak si estalla una guerra, para instaurar una zona de contención que impediría la creación de un Estado kurdo independiente en sus fronteras, informó la prensa turca.
Advertencia saudita a Washington
El ministro de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita, Saud al-Faisal, advirtió a Estados Unidos que no emprenda una guerra contra Irak sin el respaldo de la ONU, al decir que sería vista como una "guerra de agresión", y desestabilizaría toda la región de Medio Oriente. En la declaración más fuerte hasta ahora de Arabia Saudita, un aliado clave de Estados Unidos, el príncipe Saud dijo que avanzar sin la ONU sería algo particularmente peligroso.
"Nosotros pensamos que la guerra será una tremenda amenaza para la región", comentó el príncipe Saud a la BBC. "No pensamos que una acción independiente en esto sea buena para Estados Unidos", agregó. "Alentaría a que la gente piense que lo que ellos están haciendo es una guerra de agresión, en lugar de una guerra para implementar las resoluciones de la ONU", agregó Saud.
Arabia Saudita, que fue una base clave para la Guerra del Golfo en 1991 tras la invasión de Irak a Kuwait, teme que un ataque militar produzca divisiones religiosas y étnicas en Irak, su vecino.