En la sala de Pediatría del Hospital Italiano de Buenos Aires ya se puso en práctica el programa. En la sala de espera se colocó una biblioteca con varios ejemplares. Los niños pidieron a las madres que les lean y a la salida del consultorio algunos consultaron si podían llevarse el libro a su casa y devolverlo en la próxima visita. Otros, conversaron entre ellos sobre lo que leyeron y entraron al consultorio con muchas preguntas. Incluso hubo madres semianalfabetas que se interesaron en aprender a leer para poder compartir con sus hijos las historias que atesoran el mundo de las letras.
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