"Un niño que se expone más de dos horas frente al televisor puede llegar a tener daños neurológicos", aseguró a La Capital el doctor Carlos Badías, especialista en Educación para la Salud y vicepresidente de la Sociedad de Pediatría de Rosario. Para contrarrestar los efectos perjudiciales de la televisión, los pediatras que integran la entidad se propusieron fomentar el hábito de la lectura en los niños desde pequeños. La iniciativa cobrará vida a través del programa "Invitemos a leer" y será puesto en práctica por profesionales de todo el país, en hospitales, clínicas y centros privados.
"Se trata de estimular la lectura, también desde el consultorio", expresó Badías. Las acciones comenzarán en la sala de espera y proseguirán durante la consulta. El pediatra sugerirá libros según la edad de los pacientes, y recomendará tareas, a la vez que explicará a los padres la mejor manera de incentivar a los hijos. De esta forma, irán juntas la receta del medicamento con la recomendación a los padres de reflotar la costumbre de leer cuentos.
Desarrollo del cerebro
Según explica la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) en los fundamentos del programa "Invitemos a leer", la lectura de libros alienta el desarrollo neurológico porque "cada página leída construye el pensamiento e incide directamente en el desarrollo psicológico, entendido como el proceso de cambio que a lo largo de la vida permite a las personas abordar los problemas con mayor eficacia".
Este proceso comienza desde el momento en que el niño nace. Si bien se trata de un mecanismo complejo y tiene múltiples determinantes, hay consenso en aceptar que la comunicación y el lenguaje, entre otros, constituyen importantes elementos o dimensiones del desarrollo psicológico.
La cultura audiovisual es uno de los ejes alrededor del cual gira la sociedad actual. En un mundo en el cual las imágenes parecen tener más fuerza que la palabra escrita, surge, irremediablemente, la pregunta acerca de la importancia de la lectura y del lugar que tiene en la vida de niños y jóvenes.
La SAP señala que la lectura ayuda a las personas a construirse a sí mismas, a imaginar otros mundos posibles, a soñar, a descubrir sentidos, a encontrar movilidad en el tablero social, y, sobre todo, a pensar.
A través de la experiencia con libros, se prepara a los niños para el uso del lenguaje escrito contándoles o leyéndoles historias, mucho tiempo antes de que a leer o escribir. Por eso, es importante leer a los niños en voz alta, mirar libros con ellos desde que son muy pequeños, y enfatizar su importancia como fuente de información y placer. "Es difícil que un niño sea lector si no ha logrado, desde sus primeros años de vida, crear un vínculo afectivo con los libros, si sus padres no leen o no está acostumbrado a ver libros en la casa", señala la entidad. El coordinador del programa, Osvaldo Blanco, explicó que la iniciativa "es una inversión para la salud, entendida como desarrollo integral, que no sólo es recibir alimentos sino también afecto y estímulo intelectual y cultural".
"Nos proponemos -continuó el médico- que en los controles de salud también se supervise cómo está la comunicación de los padres con el chico, de qué manera se le acerca el gusto por los libros, las imágenes y la lectura".
Para los profesionales de la salud esta será una forma más de evaluar el desarrollo del lenguaje en los niños y de "apostar a construir un pensamiento un poco más complejo y no de cosas tan lineales y simplistas como las que hoy abundan".
Para el especialista, a largo plazo, el acercamiento precoz a la literatura colaborará en crear ciudadanos, personas pensantes y autónomas.