"Esta casa es mi vida. Acá me crié, me casé, nació mi hijo mayor y velé a mis padres", expresó ayer Margarita Stilling (61años) en la cocina de su vivienda ubicada en Olivé 1426, que será rematada hoy a la tarde por una deuda de 42 mil pesos. Al lado estaba su esposo, Miguel Angel Yasogna (65), que tiene un 76 por ciento de incapacidad, quedó desocupado hace más de un mes y no cobra jubilación. No sólo ellos dos quedarán en la calle -si es que hoy sale un comprador en la subasta- sino también el hijo del matrimonio, su esposa y dos hijos, que también viven en ese inmueble.
Yasogna empezó a acumular la deuda cuando lo despidieron de Pasa Petroquímica, donde trabajó durante 25 años. Con parte de la plata de la indemnización, el hombre compró un auto y una chapa de remís. "Me atrasé con un par de cuotas del coche, entonces el banco me apuró y me dijo que me lo iba a rematar", contó el hombre. Y para no perder lo que era su fuente de trabajo, Yasogna acudió a un prestamista.
"En ese momento ya cargaba con una deuda de 9 mil pesos. Claro que al usurero le fui pagando, pero nunca se achicó la cuenta porque todo correspondía a intereses. Después una inmobiliaria afrontó la deuda y tuve que poner la casa en garantía, hipotecarla", relató el hombre.
La deuda asciende a 42 mil pesos, y ya está declarada la quiebra, lo que significa que no resta ningún paso legal del cual el matrimonio pueda aferrarse para evitar el remate de la vivienda. "¿Qué vamos a hacer ahora? Pegarnos un tiro, no nos queda otra alternativa", soltó Margarita con un tono de total resignación.
Su esposo no fue tan determinante: "Nos quedamos en la calle. Y no solamente nosotros, sino mi hijo, su esposa y los dos nenes, de 7 y 9 años", aseguró. Es que el hijo mayor del matrimonio, de 41 años, construyó la casa en el piso superior al de sus padres. Como nunca habilitó la nueva construcción, el anexo también será rematado.
La casa de Olivé al 1400 tiene 62 años. "Al año de nacer, vine a vivir acá. Por eso esta casa es mi vida", contó Margarita. "Nunca pensé que podía llegar a esto, a no saber dónde voy a dormir mañana. Tengo otro hijo pero cobra un sueldo de 450 pesos, es imposible que pueda mantener a seis personas", manifestó Yasogna.
Esperando la jubilación
Hasta que empezó a trabajar como remisero, Yasogna contaba con una jubilación estatal. Cuando comenzó a manejar el auto se convirtió en monotributista y fue incluido en una AFJP. "No sabía nada hasta que fui a la Administración Nacional de Seguridad Social (Ansés) a hacer los trámites por invalidez porque hace tres años me quebré la cadera. En ese momento me enteré que figuraba en la AFJP Orígenes", contó.
Según aseguró el hombre, en la Ansés le dijeron que estaba en edad de cobrar la jubilación porque tiene 65 años, pero que podrá efectivizarse recién cuando Orígenes abone las cuotas mensuales que le corresponden por incapacidad. "Hace meses que me dicen en la AFJP que ya me van a pagar, pero todavía estoy esperando", despotricó.
"Tengo 65 años, estoy sin trabajo, no me pagan la jubilación y me deben plata de todos lados. Lo único que puedo pedir hoy es que un remisero se acuerde de mí y me ofrezca trabajo", expresó Yasogna. La última carta a la que apostó la familia fue solicitarle a la Corte Suprema de Justicia provincial que "contemple la situación económica del hombre y suspenda el remate", que está previsto para esta tarde.
La Ciudad
