Año CXXXVI
 Nº 49.756
Rosario,
lunes  17 de
febrero de 2003
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Rumsfeld, Quijote de la transformación

Jean Michel Stoullig

Washington. - Nombrado hace dos años secretario de Defensa para "transformar" el Pentágono, Donald Rumsfeld, bajó la velocidad a su combate contra los programas superfluos heredados de la Guerra Fría en beneficio de fuerzas más ágiles. Sin contar una guerra en Irak, el proyecto presupuestal de Defensa sometido al Congreso planea alcanzar los 400.000 millones de dólares en 2004 y 500.000 millones en 2010.
Rumsfeld dejó de lado su batalla contra los burócratas militares y parlamentarios para concentrarse en la guerra contra el terrorismo y contra Saddam Hussein, estiman varios analistas.
A principios de 2001, el presidente George W. Bush encargó a Rumsfeld llevar a cabo una gran modernización en materia de economías para poder reorientarse hacia el espacio y utilizar armas ágiles. Pero Rumsfeld ganó enemigos en el Congreso -donde los parlamentarios buscan preservar las fábricas de armamentos y las bases militares de sus zonas electorales- y en el ejército, donde cada entidad resiste para conservar separadamente sus costosos proyectos.
No obstante, los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 cambiaron todo. "Estamos gastando más y no estamos dejando de la lado armas que no necesitamos", dijo Charles Pena, académico de un instituto especializado en Defensa. "El objetivo de la transformación era eliminar toda una generación de armamento, lo cual, en teoría, permitiría ahorrar dinero", dijo. "Lo que Rumsfeld y sus colaboradores aprendieron en el Pentágono es que las transformaciones son difíciles. No es fácil desbaratar la burocracia militar y la de buena parte de la del Capitolio" sede del Congreso, añadió. A su juicio, ante tantas batallas por librar y con las urgencias que plantea el combate al terrorismo y una posible guerra con Irak, Rumsfeld decidió no gastar tiempo ni energía.
Aun cuando actualmente el gasto militar estadounidense en relación al PIB es menor que en los tiempos de la Guerra Fría o de la guerra de Vietnam, el diario The New York Time criticó las compras "extravagantes" del Pentágono. "La administración está pidiendo unos 135.000 millones de dólares para producción y desarrollo de armas. Sólo unos 15.000 millones son para nuevas tecnologías militares, como aviones no tripulados y equipos avanzados de comunicaciones", dijo el diario.
Rumsfeld sigue sin embargo manteniendo el rumbo. En detrimento del ejército, abandonó el sistema de artillería Crusader. Respaldó en cambio la utilización de fuerzas especiales móviles. Asimismo suspendió el desarrollo del costoso avión-helicóptero V 22 y redujo a solo 650, los pedidos de compra de 1200 helicópteros Comanche de ataque y reconocimiento. (AFP)


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