El mandatario de Colombia, Alvaro Uribe, visitó en la ciudad de Neiva (suroeste) a los afectados por el estallido de una casa repleta con explosivos, que dejó 18 muertos y al menos 40 heridos, desde donde se presume que las FARC iban a atacar el avión presidencial. Uribe se desplazó hasta esa localidad para reunirse con quienes perdieron sus seres queridos y enseres tras la detonación de unos 200 kilos de anfo (un explosivo más potente que la dinamita). "Pido a Dios que nos dé mucha fortaleza y que me permita dedicarla a quitarle a Colombia esta pesadilla. Estos criminales sin Dios ni ley, sin límites ni compasión, no pueden seguir destruyendo a Colombia", señaló Uribe. "La decisión es sólo una: derrotar a los violentos con toda la energía", añadió el jefe de Estado, que ayer encabezó un consejo comunal en Neiva. En las primeras horas del viernes, una explosión sacudió un sector residencial ubicado a escasos metros de la pista de aterrizaje del aeropuerto, en momentos en que unidades de la policía y la Fiscalía se disponían a allanar el predio. Informes de inteligencia señalaron que la "casa bomba" iba a ser activada al paso de la aeronave presidencial, en ocasión de la visita que ayer tenía agendada Uribe a la ciudad. "La carga permanecía en una de las casas que está ubicada en la trayectoria de la pista de aterrizaje del aeropuerto en Neiva", afirmó el jefe de la policía nacional.
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