Los gritos de Margarita Pasquinelli en su departamento de Dorrego y Mendoza alertaron a los vecinos que decidieron llamar a la policía. Cuando la patrulla llegó al lugar debió violentar la puerta para ingresar porque un desconocido se había llevado todas las llaves. Allí estaba la mujer, de 64 años, golpeada y encerrada. En medio del dolor y el susto alcanzó a contarle a los agentes que momentos antes había sido engañada por un hombre que le robó el dinero que acababa de cobrar y que en un primer momento fue estimado en unos 10 mil pesos.
La mujer no llegó a realizar una denuncia formal, ya que sólo habló con la policía cuando le ayudaron a salir de su casa. En ese momento les contó rápidamente que volvía de cobrar un dinero y al llegar a su casa, un hombre se le acercó. El desconocido le dijo que era vendedor de seguros, logró su confianza y así entró en su casa. El relato se disipó en el momento de explicar cómo logró inmovilizarla, se apoderó de su dinero y se escapó, dejándola encerrada con llave y llevándose todo el manojo para poder abrir la puerta de ingreso al edificio y al departamento.
Los investigadores de la comisaría 2ª no pudieron precisar el monto robado, pero indicaron que sería una cifra superior a los 10 mil pesos, según refirió la mujer.
Diferentes hipótesis
De acuerdo al relato, una de las hipótesis que hilvanan los policías es que el ladrón siguió a la mujer y estaba al tanto de la operación que había realizado. Aunque no descartaban otras posibilidades \La noche del jueves, poco después del ataque, doña Margarita fue llevada al Pami I donde le prestaron atención por los fuertes golpes recibidos en una pierna y un brazo. Pasadas las 22 de anteayer la mujer recibió el alta médica y se retiró.
Pero Pasquinelli no volvió a su departamento. Vecinos del edificio contaron que se quedó con unos familiares pero el temor por lo que vivió la mujer se trasladó a otros vecinos del consorcio. Los que estaban la noche del jueves se enteraron del robo inmediatamente, ya que los gritos de la mujer se escucharon desde el bar de la vereda de enfrente, por calle Mendoza, desde donde se puede ver el ventanal de su departamento.
En tanto, los vecinos del edificio decidieron rápidamente incrementar las medidas de seguridad: cambiaron todas las cerraduras y el resquemor y la atención se agudizó ante la presencia de extraños.
Algunos miembros del consorcio contaron que a pesar de los recurrentes episodios de inseguridad, la mujer era excesivamente confiada con los extraños. Pero los relatos sobre lo que ocurrió la noche del robo transitaban entre la fabulación y la picardía a pesar de la escasa oportunidad que tuvo la víctima de contar algo a sus vecinos.
Una de las versiones indicaba que el asaltante vio a Margarita en un bar, donde la mujer intentó pagar un cortado con un billete de 100 pesos. Y que ante la falta de un papel de menor denominación para cancelar la cuenta, se había ofrecido a saldarla. Con su gentileza, el ladrón se habría ganado la charla y la confianza de la señora, a la que acompañó a su casa y luego asaltó. Lo cierto es que Pasquinelli quedó en estado de pánico por el atraco y no regresó a su casa.
Los investigadores indicaron que la mujer describió la vestimenta del asaltante, que tenía una estatura media, y entre 45 y 50 años. La policía esperaba la denuncia de la mujer para tener más detalles sobre el autor del asalto y el importe de dinero que le robaron. Todo está en manos de la seccional 2ª y la brigada de Investigaciones de la Unidad Regional II.