Año CXXXVI
 Nº 49.754
Rosario,
sábado  15 de
febrero de 2003
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Días clave para la definición de la política tributaria

En la recta final de las negociaciones entre el gobierno nacional y el Congreso para definir el paquete fiscal, el campo presiona para reducir la fuerte carga impositiva sobre sus producciones, la comercialización, así como el pedido de un mecanismo de ajuste por inflación para contabilizar en el pago del tributo sobre las ganancias.
Las principales entidades ruralistas se movilizan también para plantear la necesidad de rebajar las retenciones a las exportaciones, apoyados en una caída ininterrumpida en la cotización del dólar.
Así lo expresaron dirigentes del ruralismo confederado (CRA), quienes a través del presidente de la entidad, Manuel Cabanellas, pidieron al gobierno una "rebaja lisa y llana" de las retenciones que pesan actualmente sobre la venta de commodities rurales y manufacturas de origen agropecuario (MOA).
Entre tanto, desde las restantes entidades del agro con representación nacional, en especial desde la Sociedad Rural Argentina (SRA), volvieron a reclamar al Poder Ejecutivo para que se aplique un índice de ajuste por inflación para efectivizar el pago del tributo de ganancias.
Los ruralistas también expresaron en los últimos días su malestar por las modificaciones (reducción), introducidas en la alícuota del IVA-ventas que, en opinión de los cooperativistas como Mario Raiteri, lleva a que el impuesto "pierda neutralidad", debido a que se mantiene en el 21 por ciento para las compras, mientras que los productores sólo perciben el 10,5 por ciento por las ventas que realizan.
Los dirigentes reiteraron que ese desfase en la aplicación de un IVA diferenciado para compras y ventas sectoriales ya está provocando la acumulación de créditos fiscales, a favor del campo, a los que consideraron de "dudosa cobrabilidad".
Las negociaciones entre el Poder Ejecutivo y el Congreso entraron en la recta final para cerrar la reforma fiscal, que se definirá en las próximas semanas durante el período de sesiones extraordinarias.
Los hombres de campo apuran su poder de lobby para intentar al menos ingresar algunos de las modificaciones que vienen reclamando, ya que consideran que la presión impositiva terminará por frenar la incipiente recuperación económica y las ventajas competitivas del sector de cara a los mercados internacionales.


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