Racing Club consiguió anoche un triunfo agónico sobre Huracán por 1 a 0 en el instante final de un discreto partido jugado en Avellaneda ante unas 35 mil personas, por la primera fecha del Clausura 2003.
Debido a la mediocridad demostrada por ambos, la victoria llegó de la única manera posible: con un gol en contra del defensor Gabriel Lobos en el tercer minuto de descuento.
La inesperada definición, que despertó enorme euforia en los hinchas locales, no logró distorsionar la imagen entregada durante 90 minutos de juego inexpresivo.
Ni Racing, un equipo con aire de repetir el título logrado a fines de 2001, ni Huracán, un conjunto con la humilde pretensión de salvarse del descenso, tuvieron un funcionamiento convincente en un encuentro que pareció de pretemporada.
El equipo local, es cierto, fue ligeramente superior pero no ofreció variantes para lograr la victoria por sus propios medios y terminó beneficiado por un accidente de la defensa rival.
Más allá de algunos nombres, Racing y Huracán no presentaron mayores variantes respecto del torneo anterior porque los de Avellaneda tuvieron sus acostumbradas lagunas futbolísticas y los de Parque de los Patricios exhibieron su habitual y preocupante anemia ofensiva.
El primer tiempo no pudo ser peor. No tuvo ritmo ni llegadas y se consumió entre la previsibilidad de los 22 protagonistas.
La etapa complementaria fue algo mejor, fundamentalmente por la intención de cambiar la historia que tuvo el ingresado volante de Racing Sebastián Romero.
De sus pies nacieron las acciones más emocionantes pero sólo fueron dos: a los 10 minutos, con una palomita de Diego Milito que rozó el palo izquierdo, y a los 23', con un cabezazo de Rueda que Ríos envió al córner.
Posteriormente, el trabajo de Romero se diluyó entre tanta confusión y Huracán, con un hombre menos por la expulsión de Rodolfo Graieb, había logrado el control del partido, lejos de su arco.
Pero en el tercer minuto adicional, la suerte le guiñó un ojo a Racing y le regaló los tres puntos con una carambola cuando Lobos se topó con un rechazo de Ríos a un remate de media distancia de Rueda e introdujo la pelota en el arco.
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