El día que vivió ayer Newell's fue muy especial. Con diferentes cuestiones y cosas que fueron sucediendo con el correr de los minutos. Lo primero que se esperaba era el comunicado que iba a dar a conocer el plantel a la prensa con las restricciones para dialogar. Luego apareció la sorpresiva incorporación de Julián Kmet. Posteriormente la inesperada presencia en Bella Vista del titular rojinegro, Eduardo López, para (entre otras cosas) hacer rever la ridícula medida del silenzio stampa. Y, como si esto fuera poco, a posteriori apareció la determinación de separar del plantel al defensor y capitán Fernando Crosa (ver aparte). Muchas cosas para un día y a horas nada más del arranque del Clausura. La primera situación se generó tras la sincera declaración de Sebastián Domínguez, cuando rompió el molde y luego de la derrota ante Nacional dijo que "lo que hicimos fue vergüenza". La sinceridad del defensor, poco habitual en los jugadores, iba a traer aparejado reacciones en el seno del plantel. Y, efectivamente, eso mismo sucedió. Ese mismo domingo, al final del encuentro, el plantel (sin la presencia del cuerpo técnico) tomó la decisión. En realidad, uno de los más experimentados del grupo habría ideado esta medida absurda, ya implementada en otras oportunidades y con saldos negativos, que fue aceptada por pocos futbolistas, ya que unos pocos se negaron, pero los demás a pesar de no compartirla no habrían opinado. Pero ayer el presidente, con lógica y buen tino, habría frenado el comunicado. Y la gran mayoría respiró aliviado. Porque consideraban esta decisión como ridícula. Como realmente era. L.C
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