El temor de los familiares y de los pacientes internados en el geriátrico de Buenos Aires 964 tiene su justificativo. Se sabe que en Rosario muchas de estas instituciones han presentado históricamente fallas en la seguridad y graves deficiencias tanto en las estructuras edilicias como en los servicios que prestan. En octubre del 98, La Capital dio cuenta del problema. Por aquellos días, sobre un total de casi dos centenares de geriátricos sólo diez contaban con la habilitación definitiva. La mayoría de estas entidades lograba funcionar con permisos provisorios. Al año siguiente, el problema se repitió. Sólo el 15 por ciento de los 123 institutos cumplía con las exigencias legales. Es más, la Municipalidad llegó a clausurar 22 geriátricos por falta de seguridad. Pero a pesar de las anomalías comprobadas por personal de las oficinas de Registración e Inspección, las instituciones continuaron funcionando porque no había dónde trasladar a los abuelos. Larroque afirmó que el Instituto Geriátrico San José, perteneciente al Círculo de Obreros de Rosario, "está habilitado y cumple con la normativa vigente".
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