Un desprendimiento en la mampostería de un geriátrico ubicado en Buenos Aires al 900 causó preocupación entre las personas internadas. Si bien no hubo que lamentar víctimas ni daños materiales de importancia, los familiares de los pacientes alojados en el lugar expresaron su preocupación ante el hecho. "Es un accidente doméstico y no pasó nada", dijo a La Capital el gerente del Instituto de Rehabilitación Geriátrico San José, Luis Larroque, en un intento por minimizar el hecho.
El sábado, pasadas las 13, se desprendió parte del techo de la cocina del geriátrico perteneciente al Círculo de Obreros de Rosario. La entidad funciona en Buenos Aires 964 y actualmente tiene internada a una treintena de personas.
Los familiares de los pacientes tomaron contacto con distintos medios de comunicación para expresar su preocupación. "Supimos que se cayó parte del techo de la cocina y tenemos miedo de que eso ocurra en las habitaciones", señaló una mujer que pidió reserva de su identidad. En tanto, la esposa de un paciente confió que hasta analizó la posibilidad de trasladar a su marido a otra entidad. "La cuestión de la seguridad no es un problema menor y me da miedo que se derrumbe el techo de la pieza mientras mi esposo duerme", dijo.
"Pagar casi mil pesos por mes para internar a un familiar y que encima corra el riesgo de sufrir un accidente me parece una locura", acotó el hijo de otra paciente.
La versión de la institución
"Aquí no pasó nada". Esa fue la frase que eligió el gerente del geriátrico para explicar a La Capital lo sucedido el sábado. El representante de la entidad indicó que desde hacía algunos días se estaban realizando trabajos de refacción en la cocina. "Sospechábamos que había algunos problemas", relató, para explicar que eso los llevó a poner manos a la obra.
Larroque también apuntó que se tomó la decisión de no dar aviso del "accidente doméstico" a los familiares de las personas internadas porque "nadie se lastimó". Inclusive recalcó que no se radicó denuncia ante la policía ni ante la empresa aseguradora.
El gerente del geriátrico minimizó el hecho y dijo que la mampostería desprendida en la cocina del instituto tenía una superficie "que no superaba los dos metros cuadrados".
Trascartón recalcó que "el resto del edificio está bien" y ratificó que "ni los 30 pacientes internados ni los 20 empleados que trabajan en la institución corren peligro".
Luego indicó que "cuatro ingenieros revisaron el lugar, que está en perfectas condiciones y no tiene ningún inconveniente en su estructura".
A pesar de los reiterados pedidos, el gerente del geriátrico impidió a a la prensa acceder al lugar. "No tengo autorización de los dueños ni de los abogados", concluyó.
La Ciudad
