Paola Irurtia / La Capital
Una marcha de antorchas recorrió anoche las calles de barrio Ludueña en reclamo de las medidas procesales correspondientes para los responsables por el homicidio de Carlos Gauna, un joven de 20 años que murió de un disparo policial el 8 de agosto pasado. Es la novena marcha organizada por los familiares y amigos del muchacho y la comisión "Justicia para Carlos" que se formó para exigir una investigación judicial independiente para esclarecer el presunto caso de fusilamiento que fue presentado por la policía como un enfrentamiento.
"Las antorchas son para iluminar a la Justicia, para que actúe rápido y con firmeza", dijo Gladys Gauna, la madre del muchacho. Esta vez, el reclamo reunió a más de 200 personas.
Luego de las fiestas y la feria de enero, la familia Gauna espera que el juez que investiga el accionar policial llame a declarar al policía del Comando Radioeléctrico acusado de efectuar el disparo, Rubén Blanco.
El día que murió Gauna, la policía fue llamada por un vecino que creyó ver desconocidos merodeando su domicilio, ubicado al lado del terreno donde ocurrió la tragedia, en Urquiza y Larrea. Blanco, que llegó en la patrulla, entró a la casa del hombre, subió a la medianera por una escalera y efectuó el disparo que hirió a Gauna en la cabeza.
Gauna se encontraban en el baldío con un amigo, de 17 años, que se convirtió en uno de los principales testimonios de la causa. También estaba en el predio un carro de cirujas. El amigo de Gauna, Gallito indicó que nadie estaba armado, y que el policía disparó sin dar la voz de alto.
El testimonio, también avalado por algunos vecinos identificados por la comisión Justicia para Carlos, se contrapuso desde el primer momento a la versión policial, que sostiene que Gauna fue herido en un enfrentamiento.
Esa versión oficial se encuentra contrariada, además, porque la prueba para detectar pólvora en las manos de Gauna fue negativa, lo que indica que el muchacho no efectuó ningún disparo.
Los familiares de Gauna denunciaron también que la policía plantó un revólver calibre 38 que "apareció en el expediente para sustentar la hipótesis de un enfrentamiento", indicaron.
La investigación judicial se dividió en dos partes, ya que el menor que acompañaba a Gauna -que quedo con graves secuelas tras la muerte de su amigo- fue investigado por haber estado en el lugar del homicidio. El muchacho fue absuelto por el juez Leandro Artigas, con lo cual pudo declarar por la muerte de Carlos.
Es a partir de su testimonio que la familia Gauna espera que se llame a declarar al policía Blanco. El relato del chico fue remitido al juez Luis María Caterina, que investiga el desempeño policial.
La familia Gauna exige que el juez defina la situación de Blanco y la responsabilidad institucional de la policía por encubrir el fusilamiento y plantar el arma, indicaron.
El grito "¡Carlos, presente!" recorrió la calle Felipe Moré, donde vive la familia de Carlos, hasta baldío donde el joven fue herido. Ese viejo cerco, a seis meses del fatal episodio, se convirtió en un gigantesco mural con frases de cariño y un pedido de "Justicia para Carlos" que anoche fue iluminado con la luz de las velas.
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La Ciudad
