Que los domingos son días familieros no es novedad. Pero esta temporada, los almuerzos se mudaron al aire libre y las sobremesas se reemplazan por suculentos chapuzones. Eso sí: en el medio hay que estar atentos a los requerimientos de los más chicos y contar con buenos pulmones a la hora de inflar pelotas, salvavidas y hasta colchonetas. Tradicionales, si las hay, las piletas del Parque Alem recibieron durante enero un promedio de 1.500 personas por día.
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