Desde hace años los técnicos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y diversas representaciones en el mundo cuestionan algunos sistemas previsionales. Ya en 2000, un informe de la entidad indicaba que "las reformas jubilatorias que se realizaron en América latina (denominadas jubilaciones privadas o sistemas de capitalización) no son satisfactorias". Se expresaba en el estudio que "las jubilaciones privadas representan una cobertura limitada, sus prestaciones son impredecibles, ofrecen pensiones inferiores a las mujeres, debido a la mayor esperanza de vida de éstas, y sus costos administrativos son extremadamente elevados". "La Argentina y Uruguay han avanzado más tempranamente en la disminución de su tasa de natalidad, y tienen un porcentaje más alto de ancianos. La caída de la natalidad por la crisis económica y los sistemas de anticoncepción disminuyen la fecundidad, y aceleran el proceso de envejecimiento", indicó Susana Torrado, doctora en demografía y docente de la Universidad de París. Esto incide sobre los servicios de salud, el sistema de previsión social y el mercado de trabajo, ya que la población activa debe generar más riquezas para mantener a un número mayor de ancianos.
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