Salvador Di Stéfano
En el mercado cambiario caen los dólares libre, mayorista, minorista, de casa de cambio, pero no el de exportación, que cotizo toda la semana entre 3,10 y 3,12 pesos. Por debajo de 3,10 los exportadores no liquidan sus divisas y prefieren mantener la mercancía antes que admitir un dólar tan bajo. El problema que tiene el gobierno nacional es que cobra las retenciones a la exportación en la medida en que el exportador liquide sus divisas. Como en la última semana se liquidaron muy pocas exportaciones por el bajo precio del dólar, el gobierno esta proyectando una baja recaudación del tributo. De seguirse liquidando exportaciones a este ritmo, lejos estará el gobierno de recaudar los 700 millones de pesos al mes promedio que registró en los últimos meses, y esto podría derivar en un incremento del déficit fiscal. Si así ocurriera, las metas con el Fondo Monetario Internacional estarán lejos de cumplirse. No resultaría descabello pensar que el Ministerio de Economía trabaje en connivencia con el Banco Central (BCRA) para levantar el precio del dólar, y de esta forma acelerar la liquidación de exportaciones de modo tal que se puedan aumentar los ingresos fiscales y cumplir las metas con los organismos financieros internacionales. Desde el BCRA se estudia la posibilidad de abrir el corralón y desregular el mercado de cambios, pero se desconoce si estas medidas podrán ser efectivas. En primer lugar por más que quieran abrir el corralón muchos inversores se opondrán a retirar fondos ya que esperaran el amparo o el fallo redolarizador de la Corte, antes que llevarse los depósitos a un dólar de 2,00 versus una cotización de 3,20 en plaza. En segundo lugar la desregulación del mercado cambiario nunca ocurre plenamente, y aplicando parches es muy difícil activar la demanda de la moneda estadounidense. Lo que se observa en el mercado son tres posibles escenarios futuros: 1) Que el gobierno desregule a medias el mercado cambiario pero que los especuladores no respondan a las expectativas planteadas por el BCRA. De esta forma, el dólar seguiría en los niveles actuales, el Estado tendría una menor recaudación por retenciones, más déficit, pediría un perdón al FMI y todo seguiría como ahora con un dólar exportación entre 3,05 y 3,15 y un dólar libre entre 3,15 y 3,25. 2) Que el mercado cambiario siga sin demandar dólares y el gobierno o el BCRA -que es lo mismo- deba subir arbitrariamente la cotización del dólar exportación para que los exportadores liquiden divisas y así recaudar más impuestos a las retenciones y de esta forma equilibrar las cuentas públicas. En este escenario se tendrá un dólar exportación que debería cotizar en torno de 3,30 y un dólar libre en 3,40 aproximadamente. 3) Que la mayoría de los inversores decidan pasar las elecciones en moneda dura, y en la segunda quincena de febrero y marzo comiencen a pasar sus tenencias de pesos a dólares. Como los pesos no están guardados en un cajón de manzanas sino que están a plazo fijo en las entidades financieras, observaríamos un fuerte retiro de fondos del sistema con la consecuencia lógica de una suba importante en la tasa pasiva, mayor demanda de dólares y suba de precios. Probable valor del dólar en este escenario, impredecible, ya que todo dependerá de las encuestas electorales y del susto o la tranquilidad que le impriman a la sociedad los candidatos con chances de pasar a segunda vuelta, ya que en la primera elección nadie contara con la mayoría necesaria para consagrarse presidente. El valor del dólar experimentará un efecto resorte, con una base que es el dólar exportación con un piso firme en 3,09/3,11 y que invariablemente el gobierno deberá modificarlo para poder seducir a los exportadores a que liquiden sus divisas. El resto de los precios del dólar (libre, mayorista, minorista, etc.) están a la baja, pero ni bien comience a trepar la cotización del dólar exportación por efecto de la especulación financiera, el resto de los dólares subirán a precios más elevados e incrementando la brecha con el dólar exportación. Conclusión: como este precio del dólar es un piso y los bancos pagan una tasa muy baja, lo mejor es cubrirse hoy por el efecto elecciones y pasarse a dólares antes que lo haga el resto. Si todavía le falta mucho para que venza el plazo fijo conviene comprar dólar futuro a marzo (está a 3,27) y es una excelente inversión para cubrirse de eventuales subas en la moneda estadounidense. No se pierda el efecto resorte.
| |