Expertos y consultores norteamericanos reaccionaron en la últimas horas con gran preocupación frente a los planteos lanzados por Néstor Kirchner y Adolfo Rodríguez Saá para reestatizar o para que el Estado vuelva a manejar sectores de la economía que ya fueron transferidos a manos privadas. El mensaje fue claro: esas ideas pueden afectar sin dudas las inversiones. Tras el acuerdo de corto plazo firmado con el Fondo Monetario Internacional, en Estados Unidos ahora aguardan que la Argentina consolide una transición electoral sólida y que no se alteren las políticas económicas aplicadas en los últimos años. Es que, a partir de los recientes procesos electorales que se dieron en Latinoamérica, afloraron los temores sobre un eventual revival populista en varios países, en especial Brasil, a raíz del impacto social contraproducente que tuvo en vastos sectores de la población la transformación económica en los 90. Lo cierto es que las iniciativas de Kirchner y Saá para que el Estado vuelva a intervenir en el sector petrolero o los ferrocarriles encendieron una luz de alerta, sobre todo luego del debut en Brasil del gobierno de cetroizquierda de Lula da Silva, que borró toda señal de preocupación en el País del Norte.
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