Carlos Roberto Morán / La Capital
Santa Fe. - El socavón producido sobre la ruta 168 que permitió que el jueves último cayera una camioneta al río Paraná, y provocara la muerte de cinco personas, se sigue agrandando constantemente y ya supera largamente los 120 metros de longitud, mientras que las autoridades mantienen las vallas y los controles para evitar el ingreso de personas y vehículos al sector para evitar nuevos accidentes. Como la traza fue construida sobre una zona de bañados, y con una base de arena y limo extraído del lecho del río cuando se construyó el túnel subfluvial, los más pesimistas predicen que el Paraná terminará devorando esta clausurada vía de comunicación por completo. Algunos lugareños memoriosos precisaron a La Capital que esa zona, donde se encontraba ubicado el viejo atracadero de la balsa que cubría el trayecto Santa Fe-Paraná durante la década del 60, estaba cubierta por agua la mayor parte del año y fue rellenada con arena, tierra y limo.
Falta de cortesía Mientras que sobre la traza norte de la ruta 168 se continúa circulando sin inconvenientes, el ministro de Obras y Servicios Públicos de la provincia, Edgardo Berli, dijo ayer con enojo que "de Vialidad Nacional todavía no recibimos ninguna llamada y eso es falta de cortesía, por decir lo menos". El funcionario mantuvo extensas reuniones con sus colaboradores en la mañana de la víspera como lo había hecho el pasado viernes por la tarde, en tanto intentaba sin suerte tomar contacto con funcionarios del organismo nacional con quienes tenía la intención de analizar la situación existente en la ruta nacional 168. Berli le confirmó a este diario que viajará pasado mañana a Buenos Aires para tratar de abordar el tema, aunque aceptó ser anticipadamente escéptico sobre sus resultados, dado que no cree que encuentre algún interlocutor con poder de resolución. "Vialidad Nacional no cuenta con recursos y por lo tanto el tema ha dejado de ser técnico para volverse político", sostuvo el funcionario. Por otra parte, tanto en la Prefectura Santa Fe como en la sección Judiciales de la Unidad Regional I de la policía se analizan las alternativas técnicas a desarrollar para retirar de las aguas la camioneta Dodge que conducía Marcelo Zapata y que se precipitara al Paraná el jueves por la noche. La extracción se torna dificultosa porque el suelo donde debería ser asentada la grúa con la cual hacer el trabajo se encuentra desgranado, mientras persisten las probabilidades de nuevos derrumbes. El juez José Luis Giavedoni quiere evitar que se pueda llegar a reiterar una situación semejante a la ocurrida tres años atrás cuando una grúa se precipitó al agua en los momentos que extraía un colectivo que había caído al Colastiné. Giavedoni convocó al titular de la Prefectura local, prefecto Lezama, a una reunión que tendrá lugar mañana a primera hora en su despacho para analizar el tema. El trabajo que encare Prefectura contará con el auxilio de personal de la policía provincial. Se considera la posibilidad de ubicar una grúa sobre una barcaza o de lo contrario colocar una pluma en algún sector consolidado de tierra firme. Estos son los problemas técnicos que quedan resolver antes de proceder a la recuperación del vehículo.
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