El 13 de marzo de 1999 este diario publicó una entrevista al entonces presidente del directorio de la EPE, Angel Baltuzzi. Allí, el funcionario estimó que la empresa energética provincial dejaba de percibir unos cincuenta millones de dólares (o pesos) anuales por las maniobras fraudulentas de sus clientes y otros problemas técnicos. Casi cuatro años después, un estudio realizado por expertos en el sistema eléctrico nacional y publicado por La Capital en su edición del domingo pasado asegura que la EPE tiene pérdidas anuales de cerca de 90 millones de pesos, lo que significa un 32 por ciento de lo que debería recaudar.
"Haciendo un promedio entre los valores de compra y venta, la EPE pierde por energía sustraída unos cincuenta millones de dólares al año", había asegurado entonces Baltuzzi, al tiempo que consideró que si la compañía pudiera recuperar ese valor en su totalidad "permitiría realizar una profunda rebaja tarifaria" a sus usuarios. E igualmente admitió que "recuperando una parte de ese hurto ya se podría pensar en futuras rebajas en las tarifas".
A cuatro años de aquella situación, y lejos de cumplirse las previsiones de Baltuzzi, la pérdida de energía por parte de la EPE prácticamente se duplicó, y las tarifas siguen siendo las más caras del país. En la comparación, cobra vigencia una de las conclusiones a la que arriba el informe al que tuvo acceso este medio, donde se asegura que la actual situación trasunta el "rotundo fracaso de las políticas" elaboradas por las autoridades de la empresa energética provincial.
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La Ciudad
