Londres. - La credibilidad del gobierno británico ha sido puesta en tela de juicio y un portavoz de Downing Street se ha visto obligado a hacer una retractación pública, ya que un estudiante estadounidense acusó a Londres de haber copiado palabra por palabra uno de sus trabajos en su empeño por demostrar que Bagdad posee armas de destrucción masiva. En un informe hecho público a mediados de esta semana, el gobierno británico, principal aliado de Estados Unidos en la cuestión iraquí, afirmó que Bagdad poseía armas de destrucción masiva y las ocultaba a los inspectores de la ONU. "Quiero subrayar a mis colegas el excelente informe presentado por Gran Bretaña, que describe con detalle cómo Irak camufla" armas, declaró el miércoles el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, durante su discurso ante el Consejo de Seguridad de la ONU. Sin embargo, el jueves, Glen Rangwala, profesor de política en la Universidad de Cambridge, afirmó a la cadena de televisión Channel 4, que entre 6 y 16 páginas de las 19 que contiene dicho informe británico fueron copiadas, palabra por palabra, de la tesis de Ibrahim Al Marashi, un estudiante de California. Incluidas "las faltas de gramática y ortografía", según el profesor. "Todos tenemos una lección que aprender" en este incidente, reconoció un portavoz de Downing Street, añadiendo que "habría que haber mencionado" al autor de la tesis. El portavoz de Downing Street respondió afirmativamente a la pregunta sobre si estas informaciones, que tienen 12 años de antigüedad ya que fueron elaboradas poco después de la guerra del Golfo (1991), siguen siendo válidas. Por su parte, Ibrahim al-Marashi explicó que publicó este trabajo en septiembre del 2002 en la Middle East Review of International Affairs. También declaró que se basó en documentos confiscados a los rebeldes kurdos en el norte del Irak en 1991 y en informes abandonados por los iraquíes en Kuwait tras su retirada. "Lo mínimo que cualquier universitario pide, cuando publican su trabajo, es que se le cite", declaró Ibrahim al-Marashi. "Hay leyes que condenan el plagio y tenemos la esperanza de que Gran Bretaña las respete", añadió. "En el ámbito de los servicios de inteligencia, este asunto equivale a ser sorprendido en pleno robo", aseguró el portavoz liberal-demócrata para Relaciones Exteriores, Menzies Campbell. "Resulta muy incómodo para un gobierno que intenta convencer por todos los medios de que hay que declarar la guerra" a Irak, agregó. Ciertamente, esta metedura de pata no ayudará al primer ministro Tony Blair a convencer a la opinión pública británica, que en gran parte se opone a una intervención armada en Irak sin el visto bueno de la ONU. (AFP)
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