Una delegación surcoreana pasó ayer a través de la zona fortificada que separa a las dos Coreas desde hace medio siglo, simbolizando la continuación del acercamiento intercoreano a pesar de la tensión provocada por la reactivación del programa nuclear de Pyongyang. El viaje constituye una prueba antes de una visita sin precedentes de turistas surcoreanos a Corea del Norte a través de la zona desmilitarizada, la última frontera de la guerra fría. En el marco de su política de reconciliación, los dos regímenes rivales se pusieron de acuerdo para sacar las minas en un paso a través de la frontera que los separa desde el fin de la Guerra de Corea, en 1953. Es la primera vez que surcoreanos emprenden ese camino para ir al norte. Hubo visitas en años anteriores, pero se hicieron en barco. La delegación, que viajó en diez ómnibus y estaba integrada por un centenar de responsables de la empresa Hyundai e invitados, atravesó la frontera bajo la mirada de soldados surcoreanos, norcoreanos y estadounidenses. Los viajeros fueron a la estación turística del monte Kumgang, a unos 30 kilómetros al norte. Si todo se da bien durante las dos jornadas de prueba, Hyundai quiere organizar antes de fines de mes un primer viaje de 400 invitados a Kumgang.
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