Empresarios de mayor peso que los comerciantes del centro, algunos de ellos constructores en el exterior, prefieren no hacer pública la inquietud pero se siguen preguntando cómo a nadie se le ocurrió eliminar el estacionamiento medido por el Paseo del Siglo, desde Paraguay a Italia aunque sea sabiendo que los beneficios que reporta son nulos. "Hay autos estacionados todas las tardes, y entre todos forman el gran cordón que no hace más que restar espacio a la circulación. Es más, muchas veces ocasiona la doble fila o entorpecimientos en las ochavas que molestan a todo el mundo", opinó frente a La Capital un operador bursátil. Opinó que la circulación constante de vehículos, sin entorpecimientos, es lo que revitaliza el sector comercial de las grandes ciudades. "Cuando la gente siente que es una tortura llegar al centro es cuando deja de ir; no entiendo cómo no se dan cuenta de esta situación", manifestó.
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