El hantavirus se cobró tres víctimas que fallecieron en Rosario durante los últimos dos años. Todos ellos fueron internados en hospitales de la ciudad, y provenían de la zona isleña de Entre Ríos, donde pululan los roedores que transmiten la enfermedad. En enero de 2000 falleció en el Hospital Provincial Andrés Balbi, un isleño de 19 años residente en El Charigüé, convivía con sus familiares a orillas del riacho Los Marinos y cuidaba un parador ubicado a unos 50 metros de su modesta casa. Su diagnóstico fue similar al que presentaba la niña de 12 años. En el caso de Balbi, las fuentes médicas explicaron en ese momento que había ingresado al hospital con un "cuadro severo de fiebre y diarrea, y horas más tarde sufrió una grave complicación en el sistema respiratorio, que derivó en su muerte". En enero del año pasado un joven de 14 años que vivía junto a su familia en la isla La Invernada falleció víctima de hantavirus, tras haber estado internado en dos hospitales rosarinos. El otro caso, se trata de una mujer de 31 años que murió por las mismas causas y trabajaba en un campo de Victoria (Entre Ríos), frente a la Laguna del Pescado.
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